“La situación no avanzó. Estamos a la espera de que el Juez de Control se expida sobre una recusación que presentó la defensa. Están dilatando los tiempos y ‘embarrando la cancha’, a pesar de nuestro dolor”.
Con estas sentidas palabras, la hermana de Sebastián, Jimena Villarreal, se refirió al difícil momento que atraviesan los hijos, hermanas y padres del trabajador de la industria del plástico que el 29 de febrero del año pasado fue ultimado a balazos cuando imploró que no le roben la moto.
Había caído al piso a pocos metros de distancia de su domicilio, en barrio Yofre Norte, cuando durante la primera mañana salía a trabajar, y dos delincuentes en una motocicleta no le tuvieron clemencia: le dispararon a quemarropa. El crimen conmocionó a toda la población.

Tras el cruento asesinato, el fiscal de la causa, Andrés Godoy, halló a una presunta banda que actuaba como una patota que se dedicaba al robo de motocicletas en la zona donde Sebastián sufrió el ataque que le costó la vida.
Imputó a un menor de 17 años (hoy tiene 18), quien habría disparado en la madrugada del 29 de febrero. Fue acusado de ser uno de los dos autores materiales del crimen.
Al mismo tiempo, quedó bajo la acción de un juzgado de menores un adolescente de 14 años (hoy con 15), sospechado de ser el otro coautor material. Es inimputable ante la ley penal.
Sí continúan detenidos Héctor Alejandro Herrera (25), quien habría ocultado la moto Honda Falcon con la que los motochoros llegaron al lugar del crimen. Es investigado como el líder de una banda que reclutaba adolescentes para robar motocicletas y reducirlas en partes para la venta y está imputado como partícipe secundario.
Como partícipe primario o necesario, permanece detenido Luciano Gonzalo Bustos (20). Para la fiscalía, es quien proveyó balas calibre 380 que luego fueron utilizadas contra Sebastián. Finalmente, Axel Fabricio Escada (18) también está acusado como partícipe primario o necesario del hecho, porque habría entregado la moto en la que se conducían los sospechosos.
Con el paso de los días, Godoy cambió la carátula de la investigación, que pasó de homicidio en ocasión de robo a homicidio criminis causa.
La figura hizo aún más complicada la situación de los tres sospechosos mayores de edad y del menor de 17. De ser condenados, todos podrían recibir cadena perpetua.
Además de los cinco detenidos por el crimen de Villarreal, otras personas fueron detenidas por formar parte de la asociación ilícita, pero no por participar en el asesinato seguido de robo.
“Necesitamos salir del pantano legal”.
Pero para la familia las cosas están lejos de ser resueltas. “El miércoles 5 de marzo haremos una marcha por el aniversario del asesinato de Sebastián, en Patio Olmo, a las 18. Necesitamos salir de este pantano legal y que se haga el juicio”, pidieron.
Durante la movilización se van a expresar a favor de una modificación en la ley penal. “Estamos pensando e invitando a quienes se quieran sumar a construir un proyecto de ley para que haya condena a los adultos que emplean menores de edad para este tipo de delitos”, explicó Jimena.

Alejándose de la postura a favor de la baja en la edad de la punibilidad a los menores, en la familia de Sebastián creen que son los adultos los que deberían dar respuesta por los adolescentes que delinquen.
“Bajar la edad sólo haría que haya más pibes en la cárcel por coacción, manipulación, e incluso por ser incitados a robar. Hay una paradoja moral en todo esto: para ciertas cosas sí se considera como vulnerables a los jóvenes, pero para otras cosas no”, manifestaron.
Además, los familiares solicitaron que la Justicia resuelva con celeridad la elevación a juicio solicitada por la fiscalía.
“Estamos pidiendo que se nos escuche. Lo que buscamos no es venganza, sino justamente evitar que esto le pase a otra familia”, dijeron.
El crimen de Sebastián
Sebastián Villarreal era un trabajador de 46 años que residía en barrio Yofre Norte, en el noreste de la Capital. Como todas las mañanas, el jueves 29 de febrero sacó su moto para dirigirse a su empleo y a los pocos minutos se convirtió en una nueva víctima de la inseguridad.
Fue atacado por dos motochoros que lo asesinaron a sangre fría para robarle su moto XR 190 de color negra.
Testigos ocasionales le escucharon decir, con su último aliento, “tengo dos hijos, por favor no me mates”. A pesar de ello, los ladrones dispararon igual.
Sus hijos, Martina y Santiago, son dos de los principales actores convocantes a la marcha de este miércoles.
“Todos los días esperan que esto solo sea una pesadilla. Y ellos eran los tesoros más preciados del Seba”, comentó Jimena.
Y agregó: “Le robaron su mundo el día que asesinaron a su papá. Sebastián era el único que sostenía sus vidas: les hacía comidas especiales, les preparaba su ropa; fue todo”, expresó.