Juan Marcos Grúa (40) fue atropellado por una camioneta mientras caminaba por la colectora de la avenida Padre Luchesse, en la ciudad de Villa Allende, a la altura del barrio privado San Isidro. Y eso es todo lo que sabe su familia, que hoy espera con ansiedad que se recupere de las lesiones provocadas por el siniestro.
En una cama de la clínica Vélez Sársfield, donde fue trasladado luego de ser atendido en el hospital provincial José Miguel Urrutia, en Unquillo, el hombre se recupera de ocho fracturas en las costillas, traumatismo de cráneo con derrame cerebral y rotura de ligamentos en ambas rodillas. Aún su vida está en riesgo.

El hecho se registró el pasado domingo 16 de marzo, alrededor de las 4.30, cuando salía del baile organizado por una reconocida banda de cuarteto en el club Caburé Polo School y fue embestido por una camioneta Toyota Hilux.
El chofer del vehículo –un hombre de 58 años de quien se reserva la identidad– alzó al herido del suelo y lo llevó hasta la casa de los padres. Hasta hoy, continúa en libertad y fue imputado por lesiones culposas agravadas, por orden de la fiscal del caso, Liliana Copello.
El domingo, cerca de las 5 de la madrugada, el hombre se presentó en la casa de los papás de Marcos y tocó el timbre. El padre se asomó y observó un bulto tirado en el piso de la entrada. Pensó que alguien había chocado al perro, pero era su hijo.
Según lo que relató el automovilista a la familia, no vio a Marcos cuando salía del barrio privado, donde reside. En ese momento, sintió un impacto y al mirar atrás notó que había arrollado a una persona.
Lo alzó sin ayuda de terceros y lo ubicó en el asiento trasero de la camioneta, de acuerdo a su relato. Según se excusó, no pudo llamar a la ambulancia porque en ese momento su celular estaba sin batería. Tampoco logró que los demás transeúntes, o los guardias del barrio privado llamaran a un servicio de emergencias.
No dio explicaciones sobre por qué salía de su vivienda a ese horario, al menos no lo hizo frente a la familia. No hubo detalles sobre la velocidad a la que iba el vehículo ni consideraciones sobre por qué las heridas fueron tan graves.
Tras entregar el cuerpo malherido se marchó, pero horas más tarde regresó al hospital de Unquillo, donde la familia decidió trasladar a Marcos, luego de escuchar la alerta del médico de cabecera: se encontraba atravesando una crisis respiratoria, a raíz de un neumotórax.
En el hospital, según lo dicho por la familia de la víctima, el chofer de la camioneta dio al menos tres versiones diferentes sobre los hechos, lo cual comenzó a inquietar a los parientes de Marcos. Mientras los médicos pedían el traslado a la clínica Vélez Sársfield, ubicada en zona norte de la ciudad de Córdoba, los familiares del herido trataban de comprender lo que había ocurrido.

“Primero nos dijo que creyó que era una botella y después aseguró que sólo lo tocó de costado, pero tenía chocado todo el frente de la camioneta. Le preguntamos cómo no iba a distinguir entre una botella y el cuerpo de una persona de 80 kilogramos, y no supo qué decir”, contó Mateo, primo de la víctima. A raíz de estas incongruencias, la familia comenzó a investigar por su cuenta.
En tanto, el chofer de la camioneta esperó hasta las 19 para realizar la denuncia en la comisaría de Villa Allende. Esta conducta alertó a los investigadores. “Es habitual entre las personas que están alcoholizadas, que dejan pasar tiempo hasta que no quedan rastros de bebidas”, dijeron.
Por su parte, la fiscal no descarta ninguna hipótesis y se encuentra trabajando en la recolección de testimonios para esclarecer los hechos. Además, se libraron varios oficios para recoger evidencia de las cámaras de video próximas a la zona del incidente, que pudieran haber captado el momento del choque.
Y si bien hasta ahora la línea de investigación principal es la de un siniestro producto del descuido, los investigadores no niegan que este enfoque pudiera cambiar en las próximas horas a la luz de posibles revelaciones.
Desde el entorno de Marcos se lanzó una campaña para que los posibles testigos del hecho se contacten con la familia. Para ello habilitaron una línea telefónica: 3543- 584589.
Presunciones
Los familiares intuyen que pasó algo más y que se está ocultando una “verdad preocupante”, según dijeron a La Voz. Entre las hipótesis que manejan hay tres. La primera coincide con el relato del imputado. “El hombre puede haber salido de su casa, no haber visto a Marcos y haberlo atropellado. Lo raro es lo que pasó después: que no llamó a la ambulancia ni a la Policía y que él sólo, un hombre de 50 años, haya podido alzar a Marcos”, dijeron.
En ese sentido, la primera duda que surge es si realmente la persona que se presentó ante la familia de la víctima es la misma que conducía la camioneta. “Un testimonio que recibimos es que podría haber manejado una persona joven, que ayudó al señor a subir a Marcos a la camioneta”, explicaron desde la familia.

La otra hipótesis es que el chofer, sea quien fuere, pudiera haber estado alcoholizado. “Tiene que haber manejado a una gran velocidad, por la magnitud de las heridas que tiene Marcos. Y es difícil creer que una persona salga de un barrio privado a toda marcha sin estar bajo los efectos del alcohol”, comentaron.
Pero la presunción más preocupante es la tercera: “Otro testimonio que nos llegó es que no se lo llevó por delante en la salida de San Isidro. Nos dicen que el chofer de la Toyota discutió con Marcos, dio vueltas y lo atropelló adrede”, sostuvieron.
Lo cierto es que para los investigadores aún falta sustento para sostener que pudiera haber ocultamiento de pruebas o una intencionalidad maliciosa de parte del conductor. En las próximas horas, con las imágenes de las cámaras procesadas, las líneas de investigación podrían despejarse.