“Sí, es cierto que muchos vecinos no denuncian los robos que sufren porque tienen que esperar una eternidad para ser atendidos o porque se sienten maltratados en las unidades judiciales o porque no confían en la Justicia ni en la Policía... Ahora, hay dos puntos: primero, eso debe ser corregido de una vez, pero al mismo tiempo es vital que la gente denuncie también.... Eso hace, en definitiva, que se investigue y el caco no se salga con la suya...”.
Con esa frase se refirió un investigador al opinar sobre el caso de un vecino que se gana la vida como colocador de alarmas de seguridad en la ciudad de Córdoba y que, ironías del destino, fue víctima de dos robos en apenas cuatro días.
Con toda la bronca e impotencia por los ilícitos sufridos, y con mucha paciencia por cierto, fue a hacer las denuncias correspondientes.
Las presentaciones fueron tomadas, las causas fueron investigadas y la fiscalía, tras pesquisas encarriladas, logró cercar a los acusados de ambos episodios delictivos.
Uno de los expedientes ya tiene condena y el asaltante indemnizó a la víctima con 400 mil pesos, como una forma de resarcimiento por el daño causado.
La otra causa está más que avanzada y tiene a varios sospechosos presos y por asociación ilícita.
Pero, ¿cómo es este caso?
Dos robos en cuatro días
Aquella tarde del 10 de julio de 2023, el hombre llegó con sus herramientas a realizar una instalación de alarmas a un domicilio del barrio Cerro de las Rosas.
Mientras se encontraba trabajando, al menos un delincuente aprovechó la situación y con una ganzúa le reventó una puerta del utilitario.
En segundos, y con total impunidad, se apoderó de 300 mil pesos, tres notebooks, escáners, dos handies, distintas y costosas herramientas y hasta una escalera plegable.
En segundos, así como llegó, el ladrón escapó (no está claro si estaba solo) en un Renault Megane.
Gran parte de lo robado sería revendido a las pocas horas mediante publicaciones en Facebook
Con toda la amargura y la bronca por el perjuicio sufrido, la víctima fue hasta la comisaría de la zona y, luego de cierta espera, terminó haciendo la denuncia en la unidad judicial 18.
Cuatro días después, el comerciante y su familia iban a ser nuevamente víctima de la inseguridad en Córdoba: ladrones ingresaron a robar a su vivienda en el mismo Cerro de las Rosas en momentos que no se encontraba nadie.
Eran las 20 cuando dos Peugeot (un 208 y un 308) se detuvieron frente a la vivienda. La banda, luego se sabría, era experta en “escruches”, como se llama al saqueo de viviendas sin moradores, tanto en Mendoza como en Córdoba Capital.
Uno de ellos tocó el timbre dos veces y así logró determinar que no había nadie en casa.
Sin generar sospechas, sus cómplices saltaron una reja y, tras sortear unos muros, forzaron una puerta del patio. Sin inconvenientes, los ladornes ingresaron a la vivienda y se toparon con cámaras de seguridad internas. Eso los convenció a acelerar el robo. En segundos, manotearon lo que encontraron a mano, como 8.000 pesos, un perfume importado y dos relojes, entre otras cosas, que había en un dormitorio.
Sin perder tiempo, escaparon rápido en sus vehículos.
Cuando las víctimas retornaron, se dieron con la peor novedad que puede tener una familia al volver a casa.
Con toda la bronca e impotencia, el hombre no lo dudó y fue otra vez hasta la unidad judicial de la zona y, luego de una extensa espera, radicó una nueva denuncia por el nuevo robo sufrido.
Por cuestión de jurisdicción, las causas recayeron en la fiscalía de Juan Pablo Klinger, donde se coordinaron las pesquisas a seguir.
La primer duda era si se trataba de la misma banda. Había demasiada causalidad entre los hechos.
Fuentes con acceso a las causas señalaron que los sabuesos policiales y judiciales se pusieron a trabajar con análisis de filmaciones, una compleja tarea de rastreos de celulares y análisis de comunicaciones, como así también toma de testimonios, entre otras medidas procesales.
De esta manera, y en paralelo, las dos pesquisas avanzaron. Tanto, que los principales sospechosos fueron cercados e imputados.
Según la fiscalía no se trató de miembros de una misma organización delictiva. El comerciante tuvo la mala fortuna de haber sido víctima de la inseguridad que se extiende.
Una condena y una elevación a juicio
En septiembre de 2024, el fiscal Klinger envió a juicio a un hommbre sospechado de haber tenido participación directa con el robo de las herramientas al vecino.
Cercado por la prueba, Franco Ezequiel Britos aceptó los cargos y se sometió a un juicio abreviado en el que fue condenado a 1 año y 6 meses de prisión de ejecución condicional por los delitos de hurto calificado por el uso de ganzúa, estelionato y tentativa de estelionato (vender lo robado).
Como parte del acuerdo judicial, Britos aceptó ofrecer un resarcimiento de $ 400 mil pesos a la víctima.
En paralelo, Klinger mandó a juicio a otros dos hombres acusados de revender los elementos robados.
Por otro lado, el fiscal acusó a seis hombres por el robo cometido ya contra la vivienda de la víctima y hay más. Según la fiscalía, los sospechosos integraban toda una organización delictiva especializada en entrar a robar a domicilios en momentos que las víctimas no se encontraban.
Están acusados de haber cometido esta clase de golpes tanto en la Capital como en Mendoza. Walter Matías Figueroa, Braian Mariano Luciano Farra, Mario Ezequiel Ortiz, Ernesto Leonel Libera, Juan Jesús Sánchez Bustillo y Martín Alejandro Ávila fueron fueron enviados a juicio por supuesta asociación ilícita y robo.