La causa de la explosión y posterior incendio de un gasoducto en Villa María, que ya dejó dos muertos (padre e hijo) y tres heridos, entró en la etapa de establecer el trasfondo del incidente.
El fiscal a cargo de la investigación, René Bosio, allanó las oficinas de Ecogas para hacerse del plano original del gasoducto que dataría de mediados de la década de 1980.
Por su parte, el abogado Gonzalo Ferreras, defensor del operario de la retroexcavadora imputado por el cargo de estrago culposo, afirmó ante la consulta de La Voz que su cliente no tuvo responsabilidad en el hecho y añadió que sólo cumplía órdenes de acuerdo a las condiciones en las que se habían planteado la obra.
La empresa Federico Constructora, a cargo de la obra de la Circunvalación que construye la Provincia, también se estaba por presentar ante la fiscalía con documentación que respaldara su posición.
Una de las discusiones que se abren en el comienzo de esta investigación es determinar si se disponía de información clara sobre la existencia de ese gasoducto y si estaba construido con las normas de seguridad correspondientes.
No se conoce por ahora la versión de la firma.
Preguntas
¿Desde cuándo estaba instalado y hacia dónde transportaba gas? ¿Estaba señalizado correctamente o se mantenía “oculto”? Preguntas que surgen con los primeros movimientos de la causa.
Respecto al ducto, el abogado Ferreras sugirió que no habría contado con la malla protectora correspondiente ni habría estado colocado a la profundidad reglamentaria. “Es un dato que debe ser confirmado con informes técnicos, pero según las imágenes recopiladas en el lugar, el caño no cumplía con las condiciones que debería”, afirmó en declaraciones periodísticas.
Insistió que la investigación debe avanzar en el análisis de las condiciones en que se desarrolló la obra.
El abogado ve necesario que se determinen las responsabilidades tanto profesionales como funcionales, al tiempo que señaló que su defendido es un trabajador con experiencia, contratado por la empresa responsable de la obra, y que actuó bajo órdenes.
Allanamiento y planos
Por su parte, el fiscal Bosio brindó a la prensa detalles sobre los avances en la investigación de la explosión ocurrida el martes 28 de enero por la tarde. Señaló que su equipo se encuentra analizando información técnica clave para determinar responsabilidades.
Una de las primeras medidas fue realizar un allanamiento en Ecogas, donde se secuestró el plano original del gasoducto, que data de 1985. Según indicó, esta documentación es fundamental para conocer el trazado de las cañerías y las señalizaciones que indican su ubicación. Además, destacó que el objetivo es verificar qué medidas de seguridad se tomaron y si se cumplieron los protocolos correspondientes.
En este sentido, aclaró que el plano original del gasoducto revela la existencia de conductos subterráneos en la zona afectada por la explosión.
Bosio subrayó que el análisis de estos documentos y la inspección en el lugar del hecho permitirán a la fiscalía delimitar responsabilidades en el caso. La fiscalía continuará en esta línea de trabajo, recabando información técnica y testimonios para esclarecer lo sucedido.
Uno de los puntos a dilucidar es el origen del fuego.
Hay quienes sostienen que hubo dos detonaciones: una cuando el caño resultó dañado por la máquina y otra, posterior, cuando se originó el incendio que terminó destruyendo las viviendas cercanas.
Son circunstancias que están bajo investigación.
Los fallecimientos de Mario Mercado (44) y su hijo Dylan Jesús Mercado (18) agravó la responsabilidad de quien por ahora es el único imputado. En un eventual juicio podría caberle una pena mayor, con un máximo de cinco años de prisión.
Padre e hijo y las otras tres víctimas vivían en una de las viviendas alcanzadas por las llamas.
La investigación recién comienza y puede tener aún derivaciones impensadas, más allá de las trágicas consecuencias para dos vidas humanas.