- Marcos Herrero es el adiestrador que viajó a Córdoba junto a sus perros para intentar encontrar rastros de cuatro mujeres desaparecidas.
- a participó en otras búsquedas de impacto nacional.
Una correa invisible parece unir a Marcos Herrero con sus perros. Impresiona el modo en que los animales obedecen sus indicaciones casi imperceptibles para las personas que lo rodean. Los canes pueden alejarse, manifestarse mediante ladridos, gestos o movimientos; pero permanecen constantemente bajo su control.
"Es como si los perros fueran una computadora y el adiestrador fuese el teclado", compara el mismo Herrero. El hombre de 44 años, miembro de la Policía de Río Negro pero también especialista en la búsqueda con canes de personas desaparecidas, cobro notoriedad en los últimos años luego de que, junto a sus animales, lograra resultados sorprendentes en su tarea.
Fue el caso de hallazgos considerados claves en las conocidas búsquedas de Facundo Astudillo Castro, este año, o de Santiago Maldonado, en 2017. También participó en los casos de Micaela Ortega (Bahía Blanca, 2016) y de Araceli Fulles (Villa Ballester, 2017); por mencionar algunos.
El perito llegó a Traslasierra el jueves último con sus perros Chatel y Casaí, para participar en las búsquedas de cuatro mujeres que se buscan desde hace tiempo en la región: Delia Gerónimo Polijo (14) en La Paz, Silvia Gloria Gallardo (34) en San Javier y Marisol Reartes (18) y su niña Luz Morena Oliva (2), en jurisdicción de Villa de las Rosas.
Las últimas tres personas fueron vistas por última vez en febrero de 2014, mientras que Delia es un enigma desde 2018.
El viernes, en un par de minutos, sus canes marcaron un punto donde se encontraron elementos y restos óseos que podrían estar vinculados a la desaparición de Delia . Fue en el paraje La Guarida, donde la adolescente desapareció en septiembre de 2018, muy cerca de su casa y también de la vivienda de su presunto agresor.
Vencer al tiempo
Herrero afirma que, a pesar del tiempo transcurrido, los animales pueden percibir “la esencia” de los restos de una persona; aunque es claro que los años juegan en contra.
Normalmente, los perros huelen una prenda de la persona buscada e inician su recorrido. Para renovar el olor de ese elemento, el mismo debe calentarse levemente dentro de un frasco, que luego es abierto ante los animales, quienes reciben el estímulo como una orden.
“Mis perros no trabajan por alimento, el estímulo es la concentración y la autonomía, y como pago se les da después un juguete, una pelota, ellos registran un olor y lo buscan de inmediato” explica.
Y agrega: “Cuando el perro reconoce un olor, debe tener una disposición plena para la búsqueda, en ese trámite el alimento entorpece las cosas, en mi caso ellos toman su tarea como un juego”.
Herrero aclara que la preparación de un perro comienza cuando el cachorro tiene 45 días, que es cuando comienzan los estímulos. “Hay que aprovechar toda la capacidad neuronal del perro, a veces se menosprecia la inteligencia del animal, que no es la misma del humano, pero es importante”.
El adiestrador afirma que todos los perros tienen la misma capacidad de olfato, pero hay animales que poseen “una mejor genética” para la tarea.
El adiestrador recuerda que las altas temperaturas y las grandes distancias recorridas no ayudan a la acción de un perro preparado para esta clase de búsquedas. Por eso, dice que es importante que el área demarcada para una tarea esté dentro de lo probable.
En el caso de Traslasierra, en estos días, sus horarios de búsqueda van de 6 a 12 y de 19 en adelante, para evitar las horas de más calor.
“Una gran lluvia no es conveniente, pero algo sí porque intensifica los vapores y eso favorece la percepción de los perros” explica al amaestrador, que trabaja en Traslasierra en días particularmente húmedos.
En el caso Delia
Delia desapareció el 18 de septiembre de 2018 en La Paz, al sur de Traslasierra, cuando promediaba el recorrido de seis kilómetros que unen su colegio con su casa, en el paraje La Guarida.
En esa zona rural vivía también Mauro Martínez (27), el principal sospechoso en el caso. Trabajador municipal, con antecedentes de violencia, el joven se suicidó el 24 de diciembre de ese año luego de que su propia esposa lo incriminara en el caso de Delia. Fuentes consultadas informaron que el pasado viernes, el hallazgo de los perros de Herrero sucedió a metros del árbol donde Martínez se ahorcara. Ahí se encontraron un par de guantes, similares a los que el sospechoso usaba recolectando basura, envolviendo preservativos usados. También restos óseos que podrían ser humanos. Todo se está peritando. “Los perros no sabían que ahí se había colgado Martínez” dijo un informante.
Ayer, el adiestrador siguió con su búsqueda en la zona cercana a las viviendas de los sospechosos.
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