En un avance clave de la investigación del atroz triple crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, la Justicia ordenó la captura nacional e internacional de Matías Agustín Ozorio, un joven de 28 años señalado como la mano derecha o, al menos, cómplice de “Pequeño J”, el presunto líder de la organización narco detrás de los hechos.
Ozorio, también conocido como “Tati”, está plenamente identificado y cuenta con una orden de captura.
Los procedimientos para hallarlo se intensificaron desde el miércoles, con operativos simultáneos en el conurbano y los barrios de la zona sur de la Ciudad, incluyendo la 1-11-14, la Zavaleta y la 21-24.
El perfil del sospechoso y el líder prófugo
Matías Agustín Ozorio es de nacionalidad argentina. Las fuentes indican que tiene domicilio en la 21-24 y que se mueve habitualmente por Zavaleta y la 1-11-14. Es catalogado como deudor irrecuperable por el Banco Central y cuenta con un antecedente de “prevención”.
Al igual que el supuesto líder, su nombre no figura en los archivos judiciales de narcotráfico.
En contraste, el líder de la banda, conocido como “Julito”, “Pequeño J” o “Pequeño Jota”, sigue siendo un “fantasma” para los investigadores. No se cuenta con su DNI ni expedientes que lo mencionen, aunque se cree que es peruano, tiene 23 años y es buscado bajo los apellidos Noguera, Valverde y Montana.
“Pequeño J” es señalado como el autor intelectual del secuestro, tortura y mutilaciones de las tres jóvenes halladas en Florencio Varela.
La organización habría utilizado los crímenes para enviar un mensaje para disciplinar al resto del grupo. Se investiga la posibilidad de que él mismo haya dado la orden a los dueños de la casa de “ordenar todo” y hacer los pozos en el patio para sepultar a las víctimas.
De hecho, el búnker de “Pequeño J”, el narco peruano, fue allanado durante la noche del martes en Zabaleta.
Avances en la causa y posibles ejecutores
La DDI de La Matanza habría logrado dar con el supuesto “aguantadero” de la banda, cuya estructura aún no está determinada. Aunque se habla de narcos peruanos, existe la posibilidad de que sea un grupo conformado por argentinos muy jóvenes, hijos de los jefes peruanos anteriores, nacidos en el país y establecidos en esos barrios. Las fuentes mencionaron al clan Cabral como uno de los posibles ejecutores del crimen.
La causa del triple crimen, que generó un estado de terror entre los habitantes de la 1-11-14, Zavaleta y 21-24, pasó recientemente de manos. Inicialmente, el fiscal Gastón Duplaá investigó a cuatro personas que fueron indagadas: Daniela Iara Ibarra, Celeste Magalí González Guerrero, Maximiliano Andrés Parra (el único de nacionalidad peruana) y Miguel Ángel Villanueva Silva.
Todos ellos se negaron a declarar. Tras las indagatorias, el fiscal Duplaá giró las actuaciones al fiscal de Homicidios de La Matanza, Adrián Arribas, quien recibió el expediente este viernes para un estudio detallado, mientras la policía continúa la búsqueda de nuevas pistas.
