Durante estas fiestas de fin de año, Nahir Galarza cumplirá cuatro años en una cárcel de Paraná. La joven de 23 años está sentenciada a prisión perpetua por el asesinato de su exnovio, Fernando Pastorizzo, ocurrido en Gualeguaychú. Desde la defensa de Nahir solicitaron a la Corte Suprema de la Nación que revise el fallo que la condenó a pasar prácticamente el resto de su vida en la cárcel.
Sin embargo, esta semana estuvo marcada por otra mala noticia para Nahir: su padre, el policía Marcelo Galarza; y su madre, la exoficial Yamina Kroh, acordaron divorciarse. Nahir se enteró de la separación definitiva de sus progenitores en la Unidad Penal N° 6. La novedad trajo a colación algunas sospechas que se despertaron tras el asesinato: que la familia Galarza Kroh realizó un “pacto de silencio” en torno al crimen de Pastorizzo.
Medios entrerrianos informaron que Galarza y Kroh contrajeron matrimonio en mayo de 2017, siete meses antes del asesinato de Fernando, el 29 de diciembre. La unión duró menos de cuatro años: esta semana, la Dra. Florencia A. Amore, a cargo del Juzgado de Familia, Civil y de Menores N° 2 de Gualeguaychú, decretó “el Divorcio de los cónyuges: YAMINA FABIANA KROH y MARCELO MARIANO GALARZA, quienes contrajeron matrimonio por acto civil realizado el día 5 de mayo de 2017, en la Ciudad de Gualeguaychú, Departamento Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos”.
Jorge Zonzini, exvocero de la familia Galarza Kroh, publicó un libro donde plantea el presunto “pacto familiar de silencio”. La hipótesis de Zonzini es que Nahir Galarza se inculpó del crimen de Fernando para que sus padres no fueran a la cárcel y cuidaran a Aaron, el hermano con discapacidad de Nahir.
Es que algunas personas que vieron las cámaras de seguridad de aquella noche de Gualeguaychú señalaron el gran parecido de la madre de Nahir con la silueta femenina que aparece en las grabaciones. Además, el arma que acabó con la vida de Fernando pertenecía a Marcelo Galarza, el padre de la joven.
Más allá de las conjeturas, desde el entorno de Nahir esperan que la Corte Suprema anule el fallo condenatorio y la sometan a un nuevo juicio con “perspectiva de género”, con la esperanza de obtener una pena más benigna. Los argumentos de la defensa plantean que durante el proceso de Nahir no se aplicaron los protocolos internacionales de Violencia de Género y Protección a la Mujer firmados por Argentina.
