Los sucesivos robos que desde comienzos de año se registran contra choferes de automóviles que prestan el servicio de transporte de pasajeros a través de aplicaciones en la ciudad de Córdoba volvieron a poner en boga el debate de la inseguridad tras el volante.
Uno de los últimos robos violentos se registró el 4 de julio en barrio Las Violetas e involucró a un conductor de Uber que terminó tirado en el suelo, le dispararon y la bala zumbó su cabeza, según él mismo detalló.
El más reciente sucedió el pasado miércoles, cuando en Villa Boedo un policía que estaba de franco y conducía un coche bajo otra aplicación que presta servicios de transporte, fue herido de bala en su mano y recibió un culatazo en la cabeza.
Por fortuna, su vida se encuentra fuera de peligro.
Una fuente allegada a un trío de presuntos delincuentes aseguró que en ambos casos actuó la misma banda, a quien esta persona dijo conocer en intimidad. La víctima que terminó echada en el asfalto y a la que la bala le rozó el oído pudo identificar a la banda gracias a los datos aportados por el informante.
Consultados sobre cómo sería posible que un mismo usuario se dedique a robar autos a choferes de Uber, desde la firma descartaron esa posibilidad.
“Dentro del protocolo de seguridad tomamos medidas preventivas sobre las cuentas involucradas en un hecho de inseguridad, que incluyen contactar a ambas partes. El equipo de seguridad se pone en contacto con las autoridades locales para aportar elementos necesarios para una investigación”, dijo la vocera del área de Seguridad de la firma, Eleonora Turk.
A su vez, aclaró que toda investigación y colaboración con las autoridades locales se realiza respetando el “estándar de protección de la información”. Según destacó la vocera, Uber cumple con los protocolos de privacidad de información y comparte sólo los datos que está autorizada a divulgar.
En cuanto a las barreras de protección que existen para evitar que un “falso pasajero” utilice un usuario de la cuenta para engañar y cometer robos, como ocurre en la mayoría de los casos, desde la firma señalaron que los solicitantes de servicios deben verificar su identidad a través de un proceso.
“Cuando se elige como modo de pago el efectivo, la app puede solicitar un proceso de verificación extra para corroborar la identidad del usuario. Esto puede incluir el escaneo del DNI o la toma de una selfie. Fuimos agregando múltiples capas de seguridad a la plataforma para disuadir cualquier tipo de acción maliciosa”, subraya Turk.
La vocera destacó que cada vez que la aplicación desembarca en una ciudad, los protocolos que ya se implementaron a nivel global comienzan a regir, sin importar el lugar donde se esté utilizando el dispositivo.
“Las medidas de seguridad se van incrementando y mejorando de manera constante. Hoy podemos verificar de acuerdo a distintas variables, como la solicitud de la identificación. Si pagaste en efectivo, el DNI, sacar una selfie e incluso otras medidas”, detallaron.
Pin de seguridad y garantías
Otras de estas herramientas que están destinadas a la protección de la actividad están vinculadas con el código PIN de seguridad. Es un número de cuatro dígitos que los usuarios deben utilizar para loguearse y constatar que realmente la persona que realiza un pedido sea el usuario asignado en la plataforma.
Al conductor, por su parte, le aparece en pantalla el historial del usuario y le informa que utilizó algún método de verificación.
A esto se suma un sistema de calificación mutua. “Si un conductor observa que hay un usuario con baja calificación, puede tomar una decisión. La app también le pide a los choferes que califiquen, y mientras más baja sea la puntuación, ya a partir del 4 (el 5 es el puntaje más alto) se comienza a indagar por qué no fue un viaje óptimo”, explicó Turk.
La vocera comentó que podría ocurrir que el conductor notó una incompatibilidad en la identidad entre la persona que solicitó el viaje y quien realmente tomó el servicio. En ese caso, el Uber lo puede señalar con una baja puntuación.
Lo mismo ocurre cuando un pasajero de repente busca cambiar un destino de viaje y llevar el auto a una zona poco segura. El conductor puede negarse a hacerlo y dejar comentarios en las puntuaciones, explicaron desde la firma.
“Ante un reporte de inseguridad, los procesos de investigación incluyen una toma de medidas preventivas, como la desactivación de la cuenta del usuario. Cualquier comportamiento que esté fuera de lo esperado puede decantar en una medida como estas. Por ello son importantes los reportes, que derivan en medidas dentro y fuera de la aplicación”, enfatizaron.
Recomendaron a los usuarios y a los conductores tomar un tiempo para reportar condiciones de inseguridad cuando estas sean detectadas.
“Los conductores tienen hasta dos días para hacerlo. Son muy válidas y le han permitido a Uber involucrarse en la resolución de casos de inseguridad, y hasta no necesariamente vinculados a los robos a los conductores o los pasajeros”, dijo Turk.
Este medio pudo saber, vía fuentes de información reservadas, que una presunta banda conformada por un trío de jóvenes que se dedicaría al robo de automóviles tenía como modalidad la solicitud del servicio en un punto de la ciudad de Córdoba para conducir a la víctima a un sitio alejado.
Además, apelarían a terceros para cometer su propósito delictivo, solicitando que otros citen a los conductores en el Centro de la ciudad y abordando luego el servicio para finalmente engañar y robar.
Estos robos habrían sido sucesivos desde el 27 de marzo hasta la actualidad.
