La vuelta de estudiantes a sus ciudades de origen para el reencuentro familiar y los viajes programados de vacaciones tienen su contracara negativa: en numerosas viviendas y comercios de barrio Nueva Córdoba, mayormente ocupado por población estudiantil, se registraron robos en la primera semana de enero.
Así lo confirmaron fuentes del centro vecinal que corresponde a este sector próximo al Centro de la ciudad de Córdoba. Según detallaron, los delincuentes realizan una tarea de inteligencia previa para constatar que no haya habitantes en viviendas y departamentos.
“Es un clásico de todos los veranos, pero hoy se vive con mayor intensidad. En pocos días se registraron más de cinco robos que comenzaron a alertar a los vecinos”, mencionaron desde el centro que nuclea a los vecinos.
Entre los vecinos se emiten alertas constantes a través de un grupo de WhatsApp para aminorar los efectos de la inseguridad. En ese canal, los lamentos son cada día más repetidos.
Según explicaron, los ladrones caminan las calles del barrio y van probando, puerta por puerta, timbre por timbre, si las moradas están ocupadas y si pueden ingresar. Horas más tarde, por lo general durante la madrugada, las víctimas se enteran que cayeron en el padecimiento de los “escruches”.
“Hay muchas ‘caras desconocidas’ en las calles del barrio, que se pasean por las calles con mochilas. También van en autos o en motos. Los que van caminando, se amparan en un falso ofrecimiento de productos que nunca cargan con ellos, como trapos de piso, o encendedores, o artículos baratos”, dijo una referente barrial.
En cambio, según algunos vecinos, desde los autos se dedican a la vigilancia. “Marcan una casa y la visitan una y otra vez. Cuando está vacía, se meten”, aseguran.
Esto último creen que sucedió en un edificio ubicado en calle Buenos Aires al 1200. Luego de que el condominio fue visitado varias veces por un vehículo desconocido, el 1° de enero se produjo un robo en un departamento.
El ataque se registró a las 3 de la madrugada y creen que no pasó a mayores porque los mismos vecinos se dieron cuenta de que estaba encendida la luz en una vivienda que debía estar vacía.
“Robaron una cartera y objetos menores. Cuando oyeron que otras personas comentan el robo, se dieron a la fuga. Saltaron otra vez la medianera por la que habían ingresado y se fueron”, comentaron en la zona.
Entre los residentes de las viviendas creen que se trata de “aprovechadores”, porque entran y salen de los sitios que eligen para robar con gran rapidez y se llevan las primeras pertenencias que encuentran.
En la Policía los esfuerzos se extreman en la época de verano, no sólo en el patrullaje de las áreas de la ciudad capital que suelen quedar más despobladas, sino también con un monitoreo de las cámaras de la fuerza.
Fuentes vecinales reconocen esta tarea, aunque consideran que se deberían extremar esfuerzos con mayores controles móviles para evitar los ataques. “Estamos cansados de los robos”, dijeron.
Seguidilla de casos
Los comercios tampoco se salvan de la seguidilla de robos a viviendas y establecimientos desocupados.
En avenida Ambrosio Olmos al 600, personas desconocidas ingresaron a un local donde se realizan service de celulares.
“Todo sucedió el lunes pasado a la madrugada. Según contaron los dueños del comercio, robaron dos celulares y el dinero que encontraron en el local. Aprovecharon que estaba cerrado hacía algunas horas y forzaron la reja de entrada”, dicen las fuentes vecinales.
La preocupación que surge en este tipo de casos es que existan “entregas” de parte de terceros que conocen los movimientos de los locales comerciales. “Es más difícil robar un local, porque no saben con exactitud desde cuándo, y hasta cuando están cerrados”, comentan.
A pocas cuadras de allí, en avenida Ambrosio Olmos al 800, una pollería padeció otro hecho similar. “El jueves pasado forzaron la reja de la pollería. Se llevaron una balanza y varios kilogramos de mercadería”, aseguraron.
Volviendo a la serie de robos en las viviendas, fuentes vecinales contabilizaron otros tres robos en la primera semana de enero. La modalidad, según comentaron, fue siempre la misma.
“En los tres departamentos que sufrieron ataques los ladrones ingresan por la puerta principal. No se sabe a ciencia cierta si fuerzan o si utilizan algún dispositivo tecnológico para abrir. Luego buscan los departamentos vacíos”, dijeron.
Entre los objetos robados, se llevaron televisores y una cámara fotográfica de menor valor comercial.
Arrebatos, el otro peligro
Otro drama que aseguran vivir los vecinos son los robos por arrebato. Si bien reconocen que la presencia policial no ha disminuido y que los controles en punto fijo tampoco redujeron su presencia, en sectores claves como el parque de Las Tejas se han registrado sucesivos ataques.
“Hay menos circulación de personas y aprovechan para robar celulares y carteras”, dicen algunos vecinos de la zona.
Según agregan, la zona del parque de Las Tejas presenta poca iluminación para su tamaño. “Hay áreas absolutamente a oscuras, donde por la noche se registran robos”, aseguraron.