Un nuevo homicidio sacude a la ciudad de Río Cuarto y la cifra asciende a 7 víctimas en los últimos dos meses.
Este viernes, por la madrugada, un hombre murió al recibir un disparo en el pecho. El episodio ocurrió en la intersección de Cardarelli y 17 de Octubre, en el barrio Banda Norte.
Según informaron desde la Departamental Río Cuarto, la víctima tenía 33 años y habría mantenido una pelea con otra persona cuando fue asesinado. Fue identificado como Fidel Urquiza. Tenía antecedentes por robo.
Las primeras versiones, indicaron esta mañana que la víctima había sufrido semanas atrás un intento de linchamiento por parte de vecinos en barrio Hipódromo por un presunto robo.
Sin embargo, Beatriz, su mamá, negó los hechos. “A él no lo linchó ningún vecino. Fueron narcotraficantes del barrio Hipódromo mandados por un primo de uno de ellos, que es un narco que vive en barrio San Eduardo. La Policía lo sabe. Ningún vecino le pegó a él, eso la Policía lo sabe. Fueron cuatro o cinco tipos que están comandados por esta persona”, dijo la mujer a Puntal AM.
Por la noche, la Policía informó de la detención de un joven de 16 años, vinculado a este hecho. Textualmente, el parte policial dice lo siguiente: “En las últimas horas se concretó la detención de un joven de 16 de edad, en sede de la unidad judicial N°3, en relación al delito de homicidio acontecido en horas de la madrugada del día de la fecha”.
Interviene en el caso la fiscalía de instrucción de 3ª Nominación, a cargo de Fernando Moine.
En busca de respuestas: el testimonio de un psiquiatra forense
Con más de 10 mil pericias realizadas en los Tribunales de Río Cuarto, el psiquiatra forense y magister en Neurociencias, Gustavo Zanlungo, aporta su análisis sobre la posible causa de los últimos homicidios perpetrados en Río Cuarto.
Los enmarca en el contexto del crecimiento de la violencia social, que se repite en todo el país, y revela señales de alarma para la sociedad.
Según explicó a La Voz, la violencia no es una sola, adopta muchas formas. Pero lo que puede comprobarse es un aumento generalizado de la intolerancia, de la desinhibición de la conducta, de la falta de perspectiva de programación de una conducta exitosa, de medición de consecuencias. Todo lo que hace a las funciones del lóbulo prefrontal del cerebro. La sociedad entera se disreguló emocionalmente, en unos aumenta la intolerancia, la ansiedad, el miedo, en otros la agresividad y la violencia. Eso es generalizado, en el tránsito, en el comercio, en las relaciones interpersonales. Dependiendo de qué habilidades cognitivas y de control tengan, hay personas que se quedan en un modelo de contención y otras que, lamentablemente, frente a las situaciones de conflicto pasan a la acción, sin medir el daño que se va a ocasionar. Así, una música fuerte o una discusión terminan en una puñalada o un balazo en la cabeza.
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