Son las 16 y un grupo de cinco vecinos aguarda la llegada de La Voz en la esquina de bulevar Illia y Tránsito Cáceres de Allende , a metros de la vieja terminal de ómnibus de Córdoba, en el Centro de la Capital. A unos cinco metros de allí, comienza a ocurrir lo esperable para todos ellos: se va a consumar un robo.
Todo ocurre ante el sorprendido escrutinio de este medio: un pibe de no más de 20 años, con remera blanca y bermudas de jean, saca con astucia un objeto de un bolsillo que acaba de abrir.
Mete dos dedos y, haciendo pinza, se queda con un celular aprovechando la fuerza de presión entre los dedos índice y el mayor. Mientras tanto, uno de los vecinos, que espera que este medio llegue a ese lugar para contar lo que allí sucede, advierte el futuro.
“Ves, ese pibe está por robar algo. Lo acompaña el chico que está al frente, en la reja de la terminal (señala del otro lado de la calle Tránsito Cáceres de Allende), y este otro que tiene a sus espaldas”, relata adelantándose a los hechos.
Lo que cuenta, en efecto, ocurre. En tanto, alguien que lo acompaña pasa coordenadas por otro celular. Son las 16.05, pero parece que pasó mucho más tiempo. Un móvil policial baja por la Tránsito Cáceres y dobla de improviso hacia Illia, por donde habían comenzado a subir los chicos.
“Ahora vienen porque anoche se armó un lío bárbaro en el grupo. Cuando les llamo, saben que es realmente importante y no demoran en contestar”, cuenta una fuente.
Primero, actúa un auto de la Policía, pero después lo hacen varias unidades. Preguntan, “cachean”, encuentran varios teléfonos en una mochila.
Todo ocurre ante la mirada incrédula de este medio. Y también, ante el ojo vigilante y alerta de quienes habían sido detenidos.
“Se dieron cuenta de que fuimos nosotros los que llamamos. Pero ya nos tienen marcados. Ahora los van a llevar y en un rato van a volver a este mismo lugar”, dice alguien que habla con La Voz.
En tanto, uno de los tres chicos que rondaban la zona logró irse. Lo hizo con dirección hacia el bulevar Perón.
“Vamos a la Plaza de los Niños. Ahí les vamos a mostrar cómo se mueven en esa zona. Ahora las autoridades nos prometieron que van a cercar ese espacio verde”, adelanta otra vecina.
El sitio donde se escabullen los integrantes de “la banda de las mochilas”
A una cuadra del procedimiento policial, llega el tercer protagonista del robo. El joven descansa tras el escape.
Otra vez la escena: una vecina llama desde su celular, el adolescente trata de esconderse tras un árbol. La Policía llega al sitio y lo entrevista.
Esta vez el chico se va: “No estaba robando y no tenía objetos robados entre sus pertenencias”, explicarán luego los oficiales a cargo. Los vecinos se alteran: “Te estamos diciendo que lo vimos, es uno de los chicos de ‘la banda de las mochilas’”, dice uno de ellos.
Cruzan unas palabras que se acaban de repente. Son las 16.20 y la caminata sigue hacia la calle San Jerónimo.
“Este es el tour turístico de la delincuencia. En esta plaza (de los Niños), los chicos vienen, se quedan después de que robaron, se pasan los objetos robados, se apedrean con la Policía cuando los buscan”, aseguran.
El recorrido avanza. Son las 16.30, llegamos a Balcarce y San Jerónimo. A media cuadra, dicen, hay una “pensión ilegal”.
“Es conocida como ‘La Escalerita’. Hace algunas semanas hicieron un allanamiento, pero ya está abierta otra vez. Ahí venden drogas y se quedan a dormir los ladrones con lo que roban”, aseguran.
Son las 16.35 y aparece alguien en cuero: “Dejen de sacar fotos, la concha de su madre. Váyanse de acá o los cagamos a tiros”, amenaza con una mano envuelta por una remera y tira un golpe al aire.
Hay fotos del sitio que este medio pudo obtener. Sin embargo, algo queda claro: esa zona no se puede transitar ni visitar sin preocuparse por las consecuencias. El lugar está a tres cuadras de la Comisaría N° 1 de la ciudad de Córdoba, en pleno casco céntrico.