Una adolescente de 13 años debió ser asistida el domingo en el Hospital de Niños luego de intoxicarse realizando un desafío viral de la red social TikTok junto con una amiga en el que debían ingerir pastillas de algún medicamento.
Según precisó la médica Verónica Petri a La Voz la joven estaba cumpliendo un desafío que consistía en ingerir 15 comprimidos de algún medicamento y ella llegó a consumir hasta 10. “Eran pastillas de antinflamatorios y antibióticos que le provocaron náuseas y rubicundez (color rojo en la piel)”, agregó.
Luego de sentir los síntomas la adolescente alertó a sus padres quienes la llevaron de inmediato a la guardia del Hospital de Niños a donde ingresó el día domingo a la tarde-noche. En el nosocomio recibió el tratamiento correspondiente y recibió el alta este lunes al mediodía.
“No fue necesario hacer un lavaje estomacal, sino que se ejecutó otro procedimiento con carbón activado. Ella respondió bien y los estudios de laboratorio también salieron bien. No hubo inconvenientes en el tratamiento ni complicaciones hepáticas o renales porque fueron dosis muy bajas y medicamentos de bajo impacto”, agregó Petri.
Por su parte, la amiga de la joven tomó solo algunas pastillas y se sintió mal pero no requirió asistencia médica.
Acceso a los medicamentos
Para cumplir con el desafío, la adolescente habría encontrado los medicamentos en su casa ya que estaban disponibles para uso familiar. Aunque los antibióticos y antinflamatorios deben venderse por receta, muchas veces es posible conseguirlos por otros medios.
“Para los antibióticos ya hay una ley que exige la venta sólo con receta pero en el caso de los antinflamatorios a veces se pueden conseguir en kioscos. Estamos tratando de combatir esto porque no son medicamentos de libre venta ni de libre uso sino que deben comprarse bajo prescripción médica”, expresó a este medio Diego Miranda, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba.
Desafíos virales
Un desafío viral es un fenómeno on line en el cual se invita a las personas a realizar una acción específica y compartirla en línea. Rápidamente los resultados se propagan por internet y redes sociales llegando a un público masivo.
Suelen iniciarlos celebridades o influencers pero también surgen por ideas de personas comunes y corrientes con múltiples formas: baile, canto, comedia, belleza, deporte y hasta conciencia social.
Aunque en muchos casos se trata de retos divertidos e inofensivos en otros pueden ser controversiales y, como en este caso, hasta peligrosos.
Los adolescentes son el público más vulnerable a este tipo de desafíos ya que no son tan conscientes de que en algunos casos corre riesgo su salud y hasta su propia vida.
“En esta etapa de la vida la corteza prefrontal se encuentra aún inmadura y por ende está disminuida la capacidad de analizar, planificar, organizar, regular la conducta o anticipar consecuencias de las mismas y esto aumenta la exposición a situaciones de peligro, explicó a La Voz Cecilia Taburet, licenciada en psicología.
“Hay una tendencia a negar los riesgos y una gran necesidad de obtener recompensa a corto plazo, por lo cual suelen tomar malas decisiones en lo que refiere a su salud e integridad. Buscan desafiar sus propios límites y los de su cuerpo, por ejemplo pasando horas sin dormir o sin comer”, agregó.
A su vez, la profesional remarcó la necesidad que en esta etapa tienen los jóvenes de incrementar los vínculos con sus pares y de encontrar un espacio de identificación y pertenencia por lo que a la hora de aceptar un desafío viral prime más la recompensa social que los efectos negativos a la salud.
Consejos para padres
En este contexto el papel de padres, profesores y adultos en general es fundamental para guiar a los adolescentes a tomar decisiones que velen por su integridad y detectar los peligros que el mundo de la virtualidad puede ofrecer.
Como principal medida, la psicóloga cordobesa Constanza Esquivel recomienda incorporar deportes, hobbies, talleres o actividades lúdicas grupales a las rutinas de los jóvenes. “Esto ayuda a limitar el uso de las tecnologías y ofrecer espacios de pertenencia donde se generan vínculos de contención y suelen circular valores afines al cuidado del cuerpo y la salud”, detalló.
Otro punto clave que señala la especialista es el de generar espacios de diálogo e intercambio para fomentar el pensamiento crítico sobre los contenidos que circulan en redes y así poder discernir entre lo que les hace bien y lo que no.
“Una buena opción es abrir debates preguntándoles que es lo que más consumen en las redes, qué les llama la atención, si conocen este tipo de desafíos y qué opinan de ellos. Otra estrategia es utilizar noticias actuales referidas a la temática a modo de disparador”, cerró.
