Los investigadores del departamento Robos y Hurtos de la Policía de Córdoba trabajan bajo las órdenes de la fiscala Eugenia Pérez Moreno para desentrañar lo que podría ser la estructura más organizada de “viudas negras” que haya actuado en la provincia en los últimos años.
El caso estalló tras la muerte de Lucas Humberto Pereyra (38), quien fue atropellado la madrugada del 31 de agosto sobre la avenida Sabattini al 5800, en barrio Ferreyra, zona sudeste de la Capital.
Detrás de esa muerte, los pesquisas creen haber descubierto una trama de engaños, drogas y seducción mortal.
Todo habría comenzado cuando Tamara Sarría (22) presuntamente mantuvo conversaciones durante días con Pereyra a través de una aplicación de citas. Según la investigación judicial, habrían pactado un encuentro en el que acordaron verse, cerca de una automotriz, con la promesa de pasar un rato juntos.
Aparentemente, ella le dijo que iría acompañada por una amiga.
Para la Justicia, aquella dupla femenina no era un simple grupo de amigas. La sospecha judicial y policial es que presuntamente eran “viudas negras” que habrían drogado al hombre, robado y luego lo habrían abandonado a su suerte.
De acuerdo con los testimonios y registros fílmicos analizados por la Policía, Pereyra fue visto tambaleándose en una estación de servicio del sector. Caminaba con pasos erráticos, como si estuviera mareado. Minutos después, cayó sobre la calzada y fue embestido por un Ford Focus gris, cuyo conductor encima se dio a la fuga.
Murió al instante, producto de las lesiones provocadas por el impacto.
Cuando los pesquisas comenzaron a indagar, dieron con un dato impactante: la amiga que presuntamente acompañaba a Sarría aquella noche era Brisa Sajen, de 28 años.
Brisa es sobrina de Marcelo Mario Sajen, el violador serial que atacó al menos a al menos 93 mujeres entre 1985 y 2004 en Pilar y en Córdoba y de quien se sospechaba que había atacado al doble o al triple de las víctimas denunciadas. Su primera violación confirmada fue en Pilar.
Para evitar ser arrestado, Sajen se suicidó de un disparo en la cabeza el 30 de diciembre de 2004.
El hombre tuvo además numerosas caídas por robos.
El ataque a Lucas Pereyra: el último robo que comandó Sajen
Según los pesquisas, Brisa Sajen habría sido quien ideó toda la maniobra. Fue ella, aseguran, quien habría reclutado a Sarría y la habría llevado a formar parte del plan. Antes de caer presas, ambas vivían en barrio Ciudad Evita.
Sarría habría contactado a Pereyra, quien, el 31 de agosto, llegó en su Citroën C4, que usaba para trabajar como chofer de una aplicación.
El encuentro fue de madrugada. Según las cámaras, el auto permaneció detenido un par de horas en distintas calles de barrio Ferreyra.
Ya a las 8 de la mañana, el teléfono de la víctima ya aparecía desconectado.
La hipótesis de los investigadores es que, dentro del vehículo, las mujeres le ofrecieron a Pereyra una bebida con pastillas diluidas.
Al ver que el efecto no se producía con rapidez, habrían aumentado la dosis. Poco después, el hombre comenzó a perder el control.
En ese momento, y de acuerdo con la hipótesis policial, las mujeres le habrían hecho detener el auto, lo empujaron hacia afuera y lo dejaron en la calle, mientras él se encontraba semiinconsciente.
A los pocos instantes, fue atropellado justo por otro auto.
Cuando la familia denunció su desaparición, se descubrió que faltaban su auto, su teléfono y su billetera.
El Citroën apareció incinerado y desarmado horas después en barrio Ciudad Evita, donde funciona uno de los focos históricos de desguace y venta de autopartes.
Banda compleja
Según los investigadores, las presuntas “viudas negras” no actuaban solas.
En cada golpe había una logística paralela: alguien desarmaba el auto, otro recibía las pertenencias robadas y alguien más se encargaba de venderlas.
Los pesquisas creen que Brisa Sajen habría coordinado todo.
“Según la causa, ella tenía experiencia, sabía moverse y con quién juntarse. Las demás eran más chicas, necesitaban de alguien que las guiara”, indicó una fuente con acceso a la causa.
El mismo investigador agregó que el robo a Pereyra habría sido “el último operativo comandado presuntamente por Sajen” antes de caer detenida.
Las dos mujeres fueron imputadas por homicidio en ocasión de robo y enviadas a la cárcel de Bouwer.
Brisa Sajen: de la cárcel a la calle y de la calle a la cárcel
Brisa Sajen, de 28 años, es un nombre conocido en los pasillos judiciales de Córdoba.
De acuerdo con registros oficiales, estaba bajo libertad condicional desde 2024, tras un juicio abreviado.
Según investigadores, ya tenía otros hechos anteriores, en 2023 y en 2024, con la misma modalidad: hombres contactados por redes sociales, encuentros fugaces, drogas disueltas en bebidas y robos de autos o de pertenencias.
“Se movía siempre con alguien distinto. A veces con una, a veces con otra. No tenía un grupo fijo, pero sí una estructura”, explicaron los pesquisas.
Tamara Sarría, en cambio, no tenía antecedentes.
Con apenas 22 años, habría estado “empezando” en esta modalidad delictiva, según aseguraron los pesquisas.
“Era una chica que recién ingresaba a ese mundo. Brisa le marcaba el camino”, resumió una fuente.
Brisa, dicen los investigadores, habría armado una especie de “escuela”, donde enseñaba a las más jóvenes cómo actuar: cómo escribir en las aplicaciones, qué decir, cómo ganarse la confianza del hombre y qué momento elegir para mezclar la sustancia.
Las sospechas sostienen que Sajen era una “mentora del delito”, como la llamaron algunos pesquisas.
Brisa sería hija de un hombre sin antecedentes penales, no como su tío, según informaron fuentes de la causa.
Durante allanamientos que se realizaron en la ciudad de Pilar, los uniformados encontraron una ecografía con su nombre.
Ese hallazgo fue clave para abrir otra línea en la investigación.
En ese marco, se realizaron operativos en Pilar que terminaron con tres hombres detenidos: Jonathan David Borissonik (39), Rodrigo Esteban Castillo (33) y Félix Taboada (41).
Todos cuentan con frondosos antecedentes y sus domicilios son de la capital cordobesa.
Según los voceros policiales, uno de ellos estaba bajo libertad condicional y acumulaba casi 50 causas penales.
En el lugar, los efectivos hallaron electrodomésticos, celulares, dinero en efectivo, instrumentos musicales y vehículos con pedido de secuestro: un Volkswagen Bora, un Chevrolet Agile y un Audi A3.
“Creemos que podría tratarse de una célula dependiente de Sajen. En ese lugar se guardaba parte de lo robado y se hacían contactos con las mujeres que operaban en Córdoba”, indicaron fuentes consultadas.
Los tres hombres quedaron detenidos y se les secuestraron además una motocicleta con pedido de captura y varias autopartes que serían de vehículos robados.
Continúa la investigación y no se descartan que, conforme avance todo, se produzcan nuevas detenciones.