El peligroso secuestrador y delincuente peruano Alex “Chiqui” Chávez Quirós (42), “figura repetida” de la violencia en los últimos años en Córdoba, seguirá purgando en prisión su doble condena de 2022, tras la reciente unificación de ambas penas en 15 años, según un nuevo fallo federal.
El historial de “Chiqui” Quirós en Córdoba
El historial delictivo de Quirós acumula decenas de páginas en la Justicia federal y provincial de Córdoba. La penúltima condena la recibió en junio de 2022 cuando el Tribunal Oral Federal N° 2 (TOF2) le impuso 12 años de prisión como coautor de un secuestro extorsivo agravado por la intervención de tres o más personas, robo calificado por el uso de arma de fuego y lesiones leves.
La siesta del 10 de julio de 2020, en plena pandemia, entre cinco y ocho secuestradores tomaron cautivo a Luis Arturo Camarena Acosta, cuando este se aprestaba a subir a su Peugeot 308 luego de comprar comida en el restaurante La Peruanita, en el barrio Ducasse, de la capital provincial.
Camarena Acosta se encontraba junto a su novia y a su hija, en ese momento una beba de 9 meses. Una mujer con acento argentino y los demás con acento peruano les cruzaron el auto con una Fiat Cubo bordó. A punta de pistola, obligaron a descender a su novia y llevaron a Camarena Acosta en su Peugeot.
Traspasaron por las ventanillas a la beba y huyeron con Camarena Acosta en los dos vehículos, “escoltados” por una moto. Lo trasladaron a un lugar indeterminado y le exigieron a la novia el pago de un millón de pesos y cocaína.
Amenazaron con asesinarlo si no pagaban. Fueron varias las llamadas extorsivas. En una de ellas, Camarena Acosta le indicó a su pareja que hablara con un tal “Perro” y que le pidiera dinero prestado.
Sin avances en las negociaciones, los captores aceptaron la propuesta de Camarena de liberarlo a cambio de su 308. Entre los secuestradores, sobresalieron dos en particular: el presunto líder, que se expresaba de manera violenta y que era quien llevaba adelante las negociaciones, y otro sospechoso.
Mientras la Policía de Córdoba escuchaba las tratativas, a Camarena Acosta lo sometieron a golpes. Finalmente, tras cinco horas en cautiverio, lo liberaron con precintos en sus manos. Los captores lo abandonaron y se dieron a la fuga en el 308, que nunca fue localizado.
Durante su secuestro, la víctima escuchó un nombre y un apodo claves: “Alex” y “Pocho”. Los investigadores concluyeron que “Alex” era Chávez Quirós y “Pocho” era Eduardo Bellido, también conocido como “el Toro”.
En efecto, se probó que quien lideró las negociaciones fue Chávez Quirós (por la muletilla que usaba, entre otros detalles). No sólo comandó el grupo de delincuentes sino que dio las órdenes de golpear a Camarena Acosta.
Pero el peruano –cayó preso en 2020– también fue relacionado con la Fiat Cubo bordó con la que interceptaron a la víctima, ya que “Chiqui” la utilizaba usualmente. Inclusive, días antes del secuestro la Policía Caminera lo había multado mientras manejaba ese rodado.
En junio de 2022 recibió 12 años de cárcel. Pero pocos meses después afrontó su segunda pena, por otra causa: la Cámara en lo Criminal y Correccional de Primera Nominación de Córdoba lo sentenció a siete años de prisión por un robo agravado –por el uso de armas de fuego– y reiterado (cinco hechos).
Chávez Quirós, originario de la ciudad de Trujillo, quedó implicado en el violento robo de corte mafioso en un bar peruano en barrio Alberdi. El 8 de noviembre de 2020, matones entraron al local, asaltaron a todos y balearon tres veces a un comensal (también peruano).
Los hechos se enmarcaron, al parecer, en disputas entre bandas delictivas peruanas. Los “ajustes” son consecuencia de territorialidad, deudas de dinero, drogas o rivalidad. A uno de los grupos más violentos se lo conoce como “los Zeta” o “los Zorritos”, en “honor” a su líder “Zorrito”, ejecutado tiempo atrás en Perú. Otra de las bandas se denomina “la Hermandad”.
En 2021, por caso, ocho peruanos fueron condenados por la Justicia federal por integrar una peligrosa banda narco.
15 años de cárcel
Tras la doble condena, la Fiscalía General ante el TOF2 instó el dictado de una sentencia unificada. Valoró que “Chiqui” es joven, padre de un nene de 12 años (contribuye a su manutención), el poco tiempo que duró el secuestro en 2020, el pedido de disculpas a las víctimas y su colaboración con la Justicia provincial por el robo (en un juicio abreviado).
Como circunstancias agravantes, la Fiscalía resaltó la violencia empleada durante el secuestro (que involucró a Camarena Acosta, su novia e hija, una beba a quien casi llevaron y terminaron dejando), con amenazas, insultos, golpes, uso de armas y precintos.
La Fiscalía también valoró de forma negativa el robo en el bar, la cantidad de participantes (cinco personas) y la violencia (golpes y balazos) en una zona transitada de la ciudad y a plena luz.
De igual modo, remarcó que tanto el secuestro como el robo fueron premeditados y destacó la extensión del daño (intranquilidad de las víctimas y estrés postraumático), el mayor grado de participación de Chávez Quirós en los hechos (los lideró y dio órdenes a sus cómplices), el poco tiempo transcurrido entre los delitos (julio y noviembre de 2020) y la indefendible “necesidad” de delinquir.
En consecuencia, solicitó 17 años de prisión. El defensor público oficial objetó que la Fiscalía haya propiciado una unificación de penas casi “aritmética”, no composicional. Destacó el buen comportamiento en la cárcel y que Migraciones resolvió (en octubre último) cancelar la residencia de Chávez Quirós en Argentina y ordenar su expulsión, medida que fue aceptada por el peruano.
Finalmente, el TOF2 –integrado por Carolina Prado, Noel Costa y José Fabián Asís– unificó las penas en 15 años.