La Cámara del Crimen de Villa María condenó a prisión perpetua a Isaac Colazo, Brandon “Piky” Ferreyra y Fernando “Chanchín” Ferreyra por el homicidio calificado por alevosía, y agravado por el uso de arma, del remisero Alexis Benavídez.
La sentencia, dictada este viernes 6 en los Tribunales de Villa María tras un debate con jurados populares, también los encontró coautores de tenencia de arma de fuego de uso civil.
A Fernando Ferreyra se le sumaron los delitos de lesiones leves calificadas y desobediencia a la autoridad.
El cuerpo de la víctima había sido hallado en la zona rural de James Craik, localidad cercana a Villa María, el 18 de junio de 2023.
El fiscal Francisco Márquez había solicitado la prisión perpetua para los tres imputados durante su alegato, que se había extendido por casi dos horas el miércoles.
Los argumentos de la acusación
La Fiscalía presentó una línea de tiempo basada en grabaciones de cámaras. Estas mostraban el recorrido del vehículo de la víctima, un Ford Fiesta blanco, desde la localidad de Pilar, el domingo 18 de junio de 2023. También se veía cómo un Fiat Cronos, utilizado por Isaac Colazo, lo seguía.
El fiscal argumentó que existían múltiples indicios para la condena. Mencionó la presencia de sangre de la víctima en un cuchillo y en una campera que tenía Isaac Colazo al momento de su detención.
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También mostró imágenes de una estación de servicio en Villa María. Allí se veía a los acusados cargando combustible y comprando un bidón de nafta, presuntamente para quemar el cuerpo.
A esto se sumó la declaración de un familiar de los Ferreyra en Oncativo. Este había afirmado que los tres llegaron con la intención de quemar el auto en su chacarita.
Márquez señaló que estas pruebas sumadas demostraban la coautoría del homicidio triplemente agravado.
Además, detalló el estado del cuerpo de la víctima, que presentaba múltiples heridas de arma blanca, dos heridas de bala y un corte profundo en el cuello.

Las defensas de los acusados argumentaron la falta de pruebas contundentes. La abogada Ivana Castoldi, representante de Brandon y Fernando Ferreyra, sostuvo que “no se sabía ni cuándo lo mataron, ni cómo, ni dónde se produjo la muerte”.
Cuestionó la validez del testimonio del dueño de la chacarita de Oncativo. Este había vinculado a los Ferreyra a través de una supuesta conversación con el padre de los hermanos, pero nunca había declarado en la Justicia.
Castoldi había solicitado que sus defendidos fueran considerados autores del delito de encubrimiento. También pidió que fueran declarados inocentes del homicidio.
Por su parte, el defensor de Isaac Colazo, Diego Julián, profundizó en las pistas que se habían registrado en el expediente. Afirmó que estas no habían sido investigadas. Mencionó la declaración del dueño de la chacarita sobre un supuesto faltante de droga de la víctima.
También planteó la posibilidad de que Sergio “Ñoño” Ferreyra, padre de los hermanos acusados, fuera el autor.
Julián también puso en duda la precisión de las cámaras de seguridad. Afirmó que las grabaciones tenían “desafasajes temporales”, lo que volvía “endeble” la línea de tiempo del fiscal. Pidió la absolución de su defendido por el beneficio de la duda. Argumentó que no existía un móvil claro entre Colazo y Benavídez.
Finalmente, al tomar la decisión, el jurado popular reunido para este juicio estableció que los tres acusados eran los responsables del crimen del remisero Benavídez.