Un joven de 22 años fue asesinado a tiros por una patota mientras iba al kiosco con su hermano. El hecho ocurrió en la madrugada de este sábado, el barrio Las Tunas de San Francisco Solano, provincia de Buenos Aires.
Kevin Emanuel Mendieta fue interceptado por un grupo de jóvenes llegando a un kiosco, en un ataque que, según las primeras hipótesis, se enmarca en “viejas disputas barriales”.
Según lo informado por Infobae, todo ocurrió alrededor de la 1 de la madrugada. La madre de Kevin, quien descansaba junto al padre de sus hijos, fue alertada por los gritos desesperados desde la calle y la advertencia de una vecina: sus dos hijos estaban tendidos en otra cuadra, atacados por “los pibes de allá”.
Al llegar a la escena, la mujer encontró a uno de sus hijos en el suelo y al otro a un costado. Fue entonces cuando Kevin, con la ropa rota, la miró y pronunció sus últimas palabras: “Mami, orá porque me muero”.
En medio del caos, con insultos y piedras volando, la familia esperó la llegada de una ambulancia, ya que la Policía les indicó que no podían realizar el traslado. Finalmente, Kevin fue derivado al Hospital Oñativia, donde, a pesar de ser operado, no logró sobrevivir.
La investigación y el contexto de violencia barrial
Desde el inicio, la investigación, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N°3 Descentralizada de Almirante Brown, bajo la dirección del fiscal Juan Manuel Baloira, descartó la hipótesis de un robo como móvil del crimen. Los testimonios iniciales recabados por los agentes señalaron que una patota confrontó a los hermanos en el marco de las mencionadas “viejas disputas barriales”.
La madre de Kevin relató que los agresores no eran “dos o tres, sino varios jóvenes del barrio”. Además, reveló que, una semana antes, el mismo grupo ya había agredido a un amigo de sus hijos por motivos similares. Pese a la gravedad de la situación, los atacantes continuaron insultando mientras la familia clamaba por ayuda para trasladar a Kevin al hospital.
En los días posteriores al asesinato, allegados a Kevin señalaron en redes sociales a dos jóvenes vecinos como posibles autores. Sin embargo, el temor en el barrio impidió que más personas aporten datos a los investigadores sobre el resto de los involucrados.
En un acto de profundo dolor, el padre de Kevin habló públicamente y afirmó no sentir odio por quienes mataron a su hijo. “Les abriría la puerta de mi casa a quienes mataron a mi hijo”, declaró, refiriéndose a ellos como “chicos que están perdidos, que pasaron por muchas cosas”.
El padre expresó su deseo de hablar con el autor del disparo para entender qué sucedió, manifestando: “No lo quiero muerto. Yo no quiero buscar a nadie ni hacerle nada a nadie”.
Quién era el joven asesinado
Kevin Emanuel Mendieta era padre de una nena de cinco años. Sus restos fueron velados dos días después del crimen. En las redes sociales, su círculo más cercano dejó mensajes de dolor, pidiendo Justicia y recordando el cariño que le tenían. Un emotivo posteo expresa: “No puede ser... No lo creo, no lo acepto. Kevin, por favor despertate. Te vamos a estar esperando con la mejor guitarra del mundo para que nos vuelvas a cantar”.
Amigos y familiares lo recordaron como alguien solidario, destacando que tanto él como su familia participaban activamente en actividades de ayuda y evangelización social en el barrio.