Gastón Bazán, de 48 años, fue víctima de un brutal asalto el pasado domingo mientras circulaba en moto por la Ruta Nacional N° 3, a la altura del kilómetro 54, en dirección a La Matanza, Buenos Aires.
El hombre, que regresaba de almorzar y tomar café con su hijo, fue interceptado por tres delincuentes que se desplazaban en dos motos. Según su relato, casi sin mediar palabras, los asaltantes le dispararon, hiriéndolo en la pierna derecha, justo debajo de la rodilla.
Bazán relató la secuencia de terror, describiéndola como una “cacería”. Al darse cuenta de que lo seguían, aceleró logrando sacarles “una buena diferencia”. Sin embargo, comenzó a frenar al ver lo que creyó era un patrullero saliendo de un barrio privado. Fue en ese momento que los delincuentes lo alcanzaron y le dispararon directamente. Los asaltantes le gritaban que frenara y le apuntaban a la altura del pecho.
“El revólver venía para todos lados moviéndose, ese disparo podría haber sido para mi hijo y eso es lo que más me duele”, expresó Gastón. En medio de la lucha “entre las motos, entre el pasto y la banquina”, logró frenar. Tras detenerse, intentó tomar a su hijo y cruzar el guardarrail, momento en el que los asaltantes comenzaron a quitarles los cascos a ambos.
Luego del disparo, los delincuentes le robaron el celular y huyeron a gran velocidad con la moto. Bazán había colocado una traba, lo que impidió a los ladrones poner en marcha la moto inicialmente. Ante esto, lo levantaron del piso y lo obligaron a hacerla arrancar. La moto robada apareció posteriormente a modo de “trofeo” en un video viral grabado en Virrey del Pino.
A pesar de la gravedad del ataque, Gastón Bazán fue asistido rápidamente y trasladado al Hospital Cuenca Alta. Allí recibió atención, y se confirmó que la bala no había impactado en los huesos. Actualmente, se recupera en su domicilio.
Sobre su estado, Bazán manifestó estar “un poco dolido y conmocionado todavía”. Dijo sentir “un dolor muy profundo” por lo vivido, pero destacó su alivio porque su hijo resultó ileso. “Gracias a Dios no le pegaron a mi hijo”, sostuvo. Expresó que, en ese momento, “lo único que quería era que se termine, que se vayan. Poder abrazar a mi hijo e irme a casa”.
Respecto a los autores del hecho, afirmó que “se creen ganadores y son unos simples muchachos que no saben nada de la vida”. Pese al dolor, remarcó la necesidad de “seguir luchando, seguir adelante, trabajar”. Bazán ya piensa en volver a comprarse una moto, aunque lamentó que el incidente “rompió el sueño” que tenía de viajar con su hijo este año, una vez que él terminara las clases.
La investigación del caso está a cargo de la UFI N° 2 de Cañuelas. Además, el Grupo Táctico Operativo (GTO) de la policía local se encuentra trabajando intensamente para identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia.