Todavía está fresca la sangre que se derramó en las calles de barrio Villa Boedo de la Capital provincial cuando un policía de franco, que conducía su auto para una de las aplicaciones que en la ciudad de Córdoba presta servicios de transporte de pasajeros, fue violentamente atacado a balazos y culatazos por un grupo de ladrones que le robó su camioneta.
El golpe se concretó el pasado miércoles a las 19, próximo a la manzana 23 de la barriada emplazada en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba. Finalmente, el hombre está fuera de peligro y la camioneta pudo ser recuperada.
Una investigación que lleva a cabo La Voz desde el pasado 4 de julio, cuando se registró otro robo con una modalidad similar, en barrio Las Violetas, franja oeste de la Capital, permite inferir que se trataría del mismo trío de ladrones que maltrata, amenaza, engaña, balea y finalmente roba a los choferes de autos para aplicaciones.
Los contenidos que los tres presuntos involucrados publican a diario en sus redes sociales y el testimonio de personas allegadas al círculo íntimo de los sospechosos fueron claves para el desarrollo de la información.
Los tres jóvenes, de entre 20 y 21 años de edad –de quienes no se revelará aún la identidad–, se conocieron en la Unidad de Contención de Aprehendidos (UCA) el pasado 27 de marzo, cuando uno de ellos, apodado como “el Gringo” (20), cayó preso por una presunta causa por encubrimiento en un robo a un chofer de Uber que se registró por esos días, de acuerdo a los relatos de un testigo que pidió no ser identificado.
Por esos días conoció a “el Monchi” (21), quien fue señalado por las fuentes como el “cerebro de la banda”. Llevaba preso un mes por otro robo a un chofer de Uber, siempre según la información aportada por la fuente consultada.
En los pasillos, cruzaron algunas palabras y de inmediato surgió la idea de crear una sociedad. Fue “Monchi” el que tuvo la idea y a “el Gringo” le pareció una buena oportunidad.
Ambos salieron el 1° de abril por el portón grande de la UCA, en calle Belgrano 1645, frente al Hospital Misericordia de barrio Güemes y a 10 cuadras del Centro de la ciudad.
Ese mismo día “el Monchi” le presentó a “Mechi” (20), el tercer cómplice. Juntaron algunas armas y se reunieron en la casa del cerebro de la banda, según relatos de una fuente allegada al trío.
El lugar de encuentro, una vivienda emplazada en barrio Villa Martínez, zona oeste de la Capital, iría a funcionar en adelante como “el aguantadero” donde iría a parar la hilera de autos que comenzarían a robar sin pausa.
“Todas las semanas robaban un auto distinto y en el último tiempo comenzaron a intentar hacerlo a diario. Están cebados porque encontraron la manera de hacerlo fácil y de quedarse con mucha guita”, comentó una fuente allegada al trío de ladrones.
A medida que iban cometiendo cada atraco, iban publicando en sus cuentas de TikTok y de Instagram imágenes y videos de los vehículos robados. Incluso llegaron a publicar fotos suyas a bordo de alguno de los automóviles.
Siempre apelaban a la misma estrategia: hacían que terceros pidieran un viaje por la aplicación, lo mandaban al “Gringo” a mostrar su cara ante el conductor, aquel subía al auto y el chofer lo conducía por la ciudad hasta un punto alejado del Centro.
Allí aparecían “el Mechi” y “el Monchi” sobre una motocicleta. El segundo se dedicaba a amenazar, golpear y bajar del auto a la víctima, siempre usando la fuerza. El primero hacía de soporte. Tomaban el control del automóvil y huían.
En paralelo a esta modalidad delictiva, una fuente vinculada al grupo de presuntos delincuentes aseguró que también cometían otros robos, como entraderas en viviendas de Villa Carlos Paz y Villa Allende y “encerronas” a otros automovilistas para robarles sus pertenencias (cruzaban un automóvil de frente y hacían bajar al conductor bajo amenazas con armas de fuego).
Los tres peligrosos muchachos utilizaban los coches que habían robado el día anterior, cambiaban las patentes por chapas viejas y se iban a un destino prefijado por “Monchi”, según el relato de un testigo que asegura conocer íntimamente a los jóvenes.
Balaceras y sangre
Pero en el entorno del trío creen que con el correr de los días empezaron a sentirse más envalentonados. Entonces llegó el pasado 4 de julio, el día que la Selección Argentina jugaba su partido contra Ecuador por los cuartos de final de la Copa América. A las 20, “el Gringo” se paró al frente del shopping Patio Olmos y le pidió a un chico que llame a un Uber.
“Les decía a todos que se había quedado sin batería y pedía ese favor. Otras veces le pagaban 4 mil o 5 mil pesos a gente indigente, de la calle, para que desde sus celulares contrataran un Uber”, reveló una fuente consultada.
Hasta el lugar llegó G., un conductor de 30 años que confió en la situación. “Lo vi y nunca me imaginé que me iba a robar. Hablaba de manera muy correcta y me fue contando que iba a comer un asado con sus amigos para ver el partido”, comentó a este medio.
Pero al cabo de algunos minutos, cuando el auto ya estaba próximo a barrio Las Violetas, “el Gringo” sacó un arma y obligó al conductor a desviarse del camino. Lo hizo estacionar en una esquina donde ya esperaban los otros dos cómplices.
Le pegaron, lo bajaron del auto y, a pesar de que se tiró al suelo y se hizo “un bollito” en el asfalto, la banda le disparó al menos dos balazos. “Sentí que un tiro me zumbó el oído”, diría en aquel entonces en diálogo con este medio, en un informe que se publicó a las pocas horas del robo.
El joven chofer pudo identificar este viernes a los tres asaltantes, gracias a una de las fotografías que este medio pudo obtener de mano de la fuente allegada al trío.
También notó con impresión que la foto había sido tomada en el interior de su propio vehículo, tal como había adelantado el informante consultado.
La misma testigo comentó que el trío había estado presente en el robo contra el policía que conducía un Didi, acaecido el pasado miércoles durante la tarde.
“Llegaron en una moto gris con detalles negros. Esa motocicleta es del ‘Monchi’. Esta vez pidieron el auto desde barrio Villa Boedo. Lo esperó ‘el Gringo’ y los otros dos llegaron por la espalda. Después del robo, se mostraron preocupados por la herida que le habían dejado en la cabeza al policía, porque lo balearon en la mano izquierda y le pegaron un culatazo en el cuero cabelludo. Están con miedo”, comentó la fuente del caso.
Este medio intentó contactar a la víctima del robo para corroborar que la identidad de los presuntos asaltantes se correspondiera con los partícipes del hecho. Sin embargo, no pudimos hacerlo.
Uber descartó que un mismo usuario pueda robar y volver a usar la “app”
Consultados sobre esta problemática, voceros de la firma Uber descartaron de plano que un mismo usuario pueda solicitar un auto, cometer un robo y volver a hacerlo. Las medidas de seguridad son estrictas y se van acumulando, e incluyen un sistema de verificaciones y puntuaciones que fomentan un uso adecuado de la app.
“Ante un reporte de inseguridad, los procesos de investigación incluyen una toma de medidas preventivas, como la desactivación de la cuenta del usuario. Cualquier comportamiento que esté fuera de lo esperado puede decantar en una medida como estas. Por ello son importantes los reportes, que derivan en medidas dentro y fuera de la aplicación”, enfatizaron.
Por ello, recomendaron a los usuarios y a los conductores tomar un tiempo para reportar condiciones de inseguridad cuando estas sean detectadas.
“Los conductores tienen hasta dos días para hacerlo. Son muy válidas y le han permitido a Uber involucrarse en la resolución de casos de inseguridad y hasta no necesariamente vinculados a los robos a los conductores o los pasajeros”, dijo la vocera del área de Seguridad de la firma, Eleonora Turk.
