La investigación por la presunta toma de fotografías y videos en el baño de mujeres del subsuelo de la Central de Policía, en avenida Colón al 1254, zona céntrica de la ciudad de Córdoba, ya cuenta con nueve denunciantes y otras 10 mujeres policías que agregaron detalles a la investigación.
Todo comenzó cuando, a finales de julio, un grupo de mujeres vio un teléfono celular asomado por un hueco en la pared, detrás de uno de los inodoros, en uno de los baños ubicados en el área de Medicina Laboral de la Central.
Esto derivó en el apartamiento de la fuerza del cabo Germán Eduardo Peralta (43), quien se vio acorralado durante una investigación interna. Pero luego comenzaron a llover las denuncias penales en su contra.
Los primeros días de noviembre, el fiscal del caso, Franco Pilnik, imputó al sospechoso por los presuntos delitos de violación de domicilio reiterada y lesiones graves agravadas por mediar violencia de género.
De las 19 uniformadas que se presentaron hasta hoy, solo las oficiales que realizaron la denuncia penal en contra de Peralta afirman que podrían haber sido espiadas en la intimidad por su compañero.
Las 10 restantes fueron incorporadas a la investigación porque se presentaron ante la fiscalía y declararon haber utilizado ese baño durante la etapa investigada, pero por el momento no hay certezas de que pudieran haber sido expuestas a los mismos presuntos ataques.
En tanto, se espera que Peralta sea indagado en la próxima semana. En la actualidad, al cabo lo representa un defensor público.
El abogado Carlos Nayi, que representa a tres denunciantes, solicitó a la fiscalía que se amplíe la clasificación legal a “Abuso Sexual Gravemente Ultrajante”.
Avances en la investigación contra el cabo Peralta
La causa continúa en plena etapa de recolección de pruebas. En los últimos días, los investigadores avanzaron con la toma de declaraciones testimoniales a las nuevas uniformadas que se presentaron de manera espontánea ante la Justicia.
Fuentes judiciales indicaron que la ampliación del universo de testigos podría permitir una delimitación, con mayor precisión, del período bajo sospecha y establecer con qué frecuencia y en qué horarios se utilizaba el baño femenino del subsuelo de la Jefatura.
En paralelo, continúan los análisis técnicos sobre los dispositivos secuestrados durante los allanamientos realizados en el domicilio del imputado.
Se trata de un teléfono celular, computadoras personales y soportes de almacenamiento externo que fueron sometidos a peritajes forenses y donde se hallaron, según fuentes de la investigación, imágenes de policías que se encontraban utilizando el baño de la Jefatura.
Según trascendió, hasta el momento no se incorporó nuevo material audiovisual distinto al hallado en las primeras instancias de la investigación.
No obstante, los investigadores buscan establecer si existieron registros borrados, accesos remotos o posibles copias de seguridad que permitan reconstruir la totalidad de las conductas investigadas.
La indagatoria del cabo Peralta, prevista para los próximos días, será un paso central en el expediente. Allí, el imputado tendrá la posibilidad de conocer formalmente las pruebas en su contra y ejercer su derecho a defensa.
Por el momento no se conoce cuál será su postura pero se prevé que negará los hechos adjudicados en su contra.
La situación del cabo Peralta, al borde de la exoneración
Mientras la causa penal avanza, la situación administrativa del cabo Germán Eduardo Peralta dentro de la Policía es cada vez más comprometida.
El uniformado permanece detenido en la cárcel de Bouwer, a disposición de la Justicia, luego de que el fiscal ordenara su arresto ante la gravedad de los hechos imputados.
En el Ministerio de Seguridad provincial continúan analizando el caso, que ya motivó su pase a situación pasiva y la apertura de un sumario interno.
Fuentes oficiales señalaron que, de confirmarse las imputaciones en sede judicial, el proceso podría derivar en una exoneración definitiva de la fuerza, la máxima sanción disciplinaria prevista.
La permanencia de Peralta en un establecimiento penitenciario común marcó un punto de inflexión en el expediente y elevó el nivel de preocupación dentro de la institución.
Lo cierto es que tras la investigación interna que se completó en una etapa previa a la recepción de las denuncias penales, los altos jefes policiales habrían podido comprobar el involucramiento de Peralta en estos actos que se le imputan.
Luego de recibir las denuncias de parte de oficiales mujeres, sus jefes le habrían dicho a Peralta que había una huella en uno de los baños y que esa prueba era contundente.
Fotografías en el baño de la Jefatura
Según la hipótesis de los investigadores, el cabo Peralta habría utilizado una abertura entre la pared que comunica el baño de varones con el de mujeres como punto de observación.
El hueco, siempre según lo que estipulan los pesquisas, se encontraba a baja altura, detrás de uno de los sanitarios, y estaba parcialmente camuflado con materiales de obra, lo que dificultaba su detección a simple vista.
Tras el hallazgo, se realizaron inspecciones oculares y pericias que permitieron reconstruir el posible mecanismo utilizado para captar imágenes y videos en un espacio de extrema privacidad.
La sospecha es que el dispositivo se activaba de manera manual o permanecía grabando durante lapsos determinados.
El caso generó una preocupación generalizada entre las uniformadas que prestan servicio en la Central de Policía, muchas de las cuales manifestaron temor y angustia ante la posibilidad de haber sido vulneradas en su intimidad dentro de su propio lugar de trabajo.
Con 19 declaraciones previstas y nuevas medidas en marcha, la investigación avanza mientras la Justicia busca determinar el alcance real de los hechos y establecer las responsabilidades penales.
