“Estás demasiado vieja para hacer eso, ¿no te da vergüenza?”. “Tendrías que ser más discreta”. “Las personas de tu edad no salen a bailar, no realizan deportes y menos usan las redes”... Ese tipo de comentarios invadían los videos de Tita.
La edad parecía ser un determinante para lo que debía o no hacer. Se le recriminaba ser distinta y no encajar dentro del estereotipo de vejez. Sí, Tita es una oveja negra. Se tiñe el pelo de violeta. Es coqueta y le gusta mostrarse. Tita tiene 69 años y crea contenidos para redes, es una influencer mayor.
“Mi generación pasó a ser una mezcla de personas mayores de 60 y adolescentes que se niegan a vivir como viejos. Se la denomina sexalescentes”, cuenta.
Influencers +60 rompen estereotipos
Tita Zacharia es una creadora de contenidos con más de siete años de experiencia. En sus inicios llegó a formar parte de TikTok Latam, conformado por un grupo de influencers latinoamericanos. Dentro de la plataforma cuenta con 949.200 seguidores que interactúan con sus videos y le muestran su apoyo. Sus publicaciones muestran su día a día con humor y con un mensaje claro de “amarse a uno mismo”.
La tiktoker es uno de muchos ejemplos de personas mayores que encuentran un espacio para difundir su voz. En Argentina existen perfiles como Marta Zuccardi, El Capo Willy, Silver Argentina o La Abuela Mabel, entre otros.
Aunque existen casos, la cantidad de influencers mayores todavía está por debajo de los creadores jóvenes, lo que implica una visibilización menor de este grupo etario en las redes.
Esa disparidad se refleja en la falta de registros: la mayoría de las herramientas de análisis se centran en la edad de la audiencia, no en la del creador. Al no segmentar por edades, a las marcas se les vuelve difícil medir su impacto real y trabajar con métricas específicas.
“Soy una oveja negra literal. Voy en contra de la corriente, es mi personalidad y las normas no me detienen. La sociedad no me puede decir a mi como tengo que vivir, qué debo o no hacer. Porque no sabe lo que necesito para ser feliz”, comentó Tita Zacharia.
Monetizar en las redes siendo un adulto mayor
Aunque suele afirmarse que en los últimos años los adultos mayores se sumaron con fuerza a las redes, la especialista en comunicación digital Magalí Gaido, además docente y titular de Comunidades Digitales de La Voz, relativiza esa idea: “Ellos siempre estuvieron. Lo que ocurrió es que, al aumentar la cantidad de usuarios en general, también se incrementó su presencia. Facebook continúa siendo su espacio por excelencia: un lugar donde conectar con amigos, familiares o incluso nuevas parejas”.
Esta percepción no es casual sino que responde, en gran medida, a prejuicios sociales que asocian a las personas mayores con la desconexión, la pasividad o la falta de interés tecnológico.
Al respecto María Cecilia Lorenzo, comunicadora especializada en la vejez, comentó: “Hace un tiempo se estigmatizaba esta etapa de la vida. Mucha gente creía que llegar a la vejez significaba tener enfermedades, llevar una vida aburrida o triste, debilidad, etc. Sin embargo en las redes sociales hay nietos mostrando imágenes de sus abuelos, personas mayores que se apropian de las redes y comparten sus propios contenidos”.
La especialista también destacó que las plataformas digitales tienen un doble efecto. Por un lado ayudan a instalar una imagen más real y diversa acerca de la vejez, muestran a personas de 65 años o más estudiando o emprendiendo. Por otro lado, en internet siguen circulando expresiones y estereotipos, que encasillan a las personas mayores a un único rol, por ejemplo, el de “abuelos”.
Como ocurre con cualquier herramienta, su valor depende del uso. Cuando las redes se emplean con intención clara, responsabilidad y una mirada libre de prejuicios, sí contribuyen a ampliar la presencia, la voz y la visibilidad de las personas mayores.
Cómo es ser una creadora de contenido en la vejez
“De mi experiencia como creadora de contenido puedo destacar la llegada que tengo hacia la gente joven y su empatía. Al inicio fui la vieja ridícula. Pero llegué lejos gracias a los chicos”, recordó Tita Zacharias.
Pese al crecimiento del segmento etario, las marcas todavía priorizan mayormente a los creadores jóvenes. Sin embargo, los +60 tienen comunidad, acceso al equipamiento necesario para la producción, tiempo libre y menor saturación publicitaria. Un influencer mayor puede abrir nuevos nichos y conectar con audiencias poco exploradas.
Juanita, nieta de la Abuela Mabel, persona mayor que crea contenidos, habló sobre el proceso de colaboración con empresas: “Generamos ingresos a través de las redes sociales mediante el acuerdo publicitario con marcas. Nos piden presupuesto, nos envían productos o solicitan nuestro servicio para publicitar algo. Si va de acuerdo a nuestro perfil, valores o si nos divierte, lo aceptamos”.
El atractivo principal de estos creadores es la autenticidad. Tita lo plantea con contundencia: “La persona mayor se muestra en redes sociales y gana terreno porque es auténtica, no está carreteando todo el tiempo”.
Según Gaido, la clave es simple pero desafiante: ser genuino. “Lo importante es que el contenido que compartas sea coherente con quien sos. El error más común es intentar imitar a otros o forzar una identidad que no se sostiene”, afirmó.
Viejos (nuevos) paradigmas
La vejez se puede vivir de varias maneras y ninguna es más o menos válida. La sociedad debe diversificar los discursos relacionados a las personas mayores y las marcas pueden contribuir a visibilizar una nueva perspectiva acerca de esta etapa de la vida.
“Las personas de mí generación y las que vienen, tienen que entender que no se trata de envejecer, es evolucionar a medida que pasa el tiempo”, reflexionó Tita.
Los creadores mayores de 60 años lo demuestran en redes: la edad no es un límite, sino una forma distinta de transitar el tiempo. Envejecer también puede significar sumar conocimientos, redefinir prioridades, cambiar y seguir creciendo.
*Por Erika Milagros Pastori, Nicolás Alfonso Buteler, Candelaria Roqué, Martina Vehils Ruiz y Lucía Alejandra Sandoval, estudiantes del Colegio Universitario Politécnico (CUP) para una práctica profesional de Periodismo.



























