Según una encuesta propia realizada a más de 200 estudiantes de colegios secundarios en la ciudad de Córdoba, el 80,3% asegura que utiliza la inteligencia artificial (IA) al menos una vez a la semana. Tan sólo el 1,8% no la usó nunca.
Con este botón de muestra resulta evidente que la inteligencia artificial ya forma parte del proceso de aprendizaje de los adolescentes.
Los datos de la encuesta funcionan, a su vez, como un reflejo de los hábitos de los argentinos. La encuesta fue realizada por alumnos de periodismo del Colegio Universitario Politécnico.
El Digital 2023 Global Overview Report destacó que Argentina se ubica en el cuarto puesto de los países que más tiempo en pantalla promedio tiene por persona. Por su parte, OpenAI reveló que el país es uno de las cinco naciones con mayor cantidad de suscripciones a Chat GPT, uno de los principales chatbots generativos de inteligencia artificial. A nivel nacional, Córdoba representa un 12,3% del consumo de IA.
Para qué utilizan los estudiantes del secundario la inteligencia artificial
La mayoría de los alumnos encuestados plantea que la principal razón para usar este tipo de herramientas es el ahorro de tiempo. La administración de la energía es un factor que afectó a los cambios radicales en la historia de la humanidad y la IA no se queda atrás.
Al respecto, Juan María Segura, experto en innovación y gestión educativa, explica: “No hay que tenerle miedo a que nos reemplace en algunas de nuestras dedicaciones energéticas. Y ¿por qué administramos energía? Porque queremos sobrevivir y reproducirnos. Esa es básicamente la historia del ser humano".
Otros de los usos que los adolescentes vinculan con IA, y que también se relaciona con el ahorro de tiempo, son facilitar las tareas y resumir bibliografía.
Otras respuestas indican que recurren a la IA para obtener mejores explicaciones. “Muchas veces los profesores no saben explicar bien los temas, y recurrir a la IA me ayuda a entenderlo mejor”, dice uno de los encuestados. En este punto entra en juego el papel del docente y cómo su rol se adapta, complementa o reconfigura ante los escenarios que plantean las nuevas tecnologías y las formas de aprender de los alumnos en este contexto tecnopedagógico.
El rol de las instituciones educativas en tiempos de IA
La inteligencia artificial ya es una realidad en los colegios. Estamos frente a un nuevo cambio, pero con desafíos que no se habían vislumbrado antes. ¿Cómo puede la escuela acompañar el uso de las nuevas tecnologías, con significatividad y criticidad? ¿Qué pasa si la escuela no alcanza a educar para este mundo digital?.
“En la práctica lo que termina pasando es que la escuela para los adolescentes y para los jóvenes termina siendo una pavada de oferta, termina siendo un sin sentido, un ofrecimiento, una trayectoria anticuada, lenta, en donde todos se duermen y nos dormimos”, advierte Segura.
Según la encuesta realizada a jóvenes en etapa escolar, un 41,4% entiende que sus colegios prohíben la utilización de la IA ante la pregunta ”¿Ves que tu cole está adaptando las formas de educar al uso de la inteligencia artificial?”.
Por su parte, casi la mitad de los encuestados “no está seguro” sobre el posicionamiento de la escuela sobre este punto y sólo un 10,8% dijo que en la escuela se fomenta su uso.
De qué modo puede el sistema educativo trabajar la IA
Segura plantea dos pasos necesarios para integrar la IA al aula: “Un primer movimiento, es que el docente se tiene que super entusiasmar con lo que está pasando”. El problema, para el especialista, es que esta condición todavía “no está sucediendo”. Desde esta perspectiva, el profesor tiene un rol fundamental, ya que no sólo debe adaptarse a sí mismo a estas herramientas, sino que también tiene que adecuar el espacio áulico a nuevas necesidades académicas.
“Y lo segundo que tiene que ocurrir es que la política, luego de hacer su propio proceso de reorganización, haga su proceso de reconversión que tiene que poder disponibilizar diseñadores de políticas públicas que entiendan esto y que ayuden a pensar en un sistema nuevo’’, dice Segura. En otras palabras: el sistema educativo tiene que acompañar al docente siendo una guía y formando un entorno en el cual el proceso de cambio sea compartido.
El lado B de la inteligencia artificial
Uno de los problemas que se presenta hoy es la falta de criterio de uso y del desarrollo de una mirada crítica y responsable mediado por la escuela. ¿Cómo rediseñar el proceso educativo y evaluativo en tiempos de IA?
Un encuestado dijo: “Muchos chicos hacen las pruebas prácticamente completas con la IA; foto, respuesta, copiar y listo. Así no se aprende nada. Después sacan una nota alta, el profesor los felicita, y ellos se creen inteligentes”.
Otro dilema que plantea el uso de la inteligencia artificial en los secundarios es la dependencia que puede generar, algo que los mismos jóvenes registran con un sentido de alarma: el 55% de los encuestados afirma que la utilización de este tipo de herramientas provoca dependencia.
El nuevo rol de las escuelas
Para Segura, la escuela tiene que contestar ciertas preguntas sobre cómo está planteado el sistema. Habla de un cambio de paradigma, ya que el colegio era visto como el único lugar donde se podía conseguir información y aprender a manejarla. Actualmente, no siempre es así. Con esto, las instituciones educativas, con sus actores protagonistas, les toca la tarea de discutir cuál es su nuevo rol y de qué manera renovar su aporte trascendental a la sociedad.
*Por José Ignacio Rojas Minuzzi, Rocio Aldana Martínez, Matías Guillermo Sanmartino y Santino Bocco, estudiantes del Colegio Universitario Politécnico (CUP), para una práctica profesional de Periodismo.
