Con el delantal puesto y una sonrisa llena de emoción, Camila Ceruti se grabó detrás del mostrador de la panadería donde trabajaba en Blumenau, Brasil.
A sus 24 años, estaba cerrando una etapa: dejaba su empleo como vendedora para convertirse oficialmente en médica.
El video que publicó en sus redes superó los dos millones de visualizaciones en pocas horas y conmovió a miles de personas.
“Hoy es tu último día porque te graduás de médica esta semana”, escribió Camila en la descripción del video que captó el momento.
Camila fue la primera médica de su familia. Hija de trabajadores, cursó la secundaria en una escuela pública y en 2019 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Regional de Blumenau (FURB) gracias a una beca.
Sin los recursos suficientes para mantenerse, vendía brigadeiros desde el colegio y luego buscó trabajos informales para seguir estudiando.
“Sabía que no podía pagar una carrera así. Pensé en dejar todo más de una vez”, confesó en diálogo con medios locales. Aun así, nunca bajó los brazos. Atendía en el shopping los fines de semana, trabajaba feriados y aprovechaba cada hueco para sumar ingresos. “No es posible tener un trabajo con carga horaria fija durante Medicina, pero sí hacer freelance en los huecos”, explicó.
Su esfuerzo fue tan grande que incluso representó a Brasil en un foro de la ONU en Pakistán, al que asistió gracias a la venta de dulces en la universidad. También participó en intercambios internacionales y presidió el Centro Académico de Medicina de FURB.
Hoy, a pocos días de recibir su diploma, sueña con sumarse a Médicos Sin Fronteras y brindar atención en comunidades vulnerables a través del sistema público de salud.
“Me pone feliz poder motivar a otros. Sé lo que es sentir que todo está en contra, pero también sé lo que se siente cuando uno no baja los brazos”, expresó.