Ignacio, un joven de 31 años, se sorprendió cuando recibió un mensaje de la inmobiliaria con la que arregló su último alquiler. El mensaje decía: “¿Podrías ver la posibilidad de abonar más?”, a pesar de que su contrato vence en octubre.
La inmobiliaria argumentó que el alquiler “quedó totalmente desactualizado” y que en lugar de $70,000, ahora debería ser de $140,000. Se trata de un departamento de dos ambientes, ubicado en Avenida San Martín y Oroño, en el barrio de La Paternal.
Ignacio expresó su malestar a través de las redes sociales dónde publicó el chat con la inmobiliaria. Desde la empresa le dijeron que “la dueña apela a tu buena voluntad, ya que el alquiler quedó totalmente desactualizado”.
“Yo no sé qué desayuna esta gente para tener la cara tan, pero tan dura”, expresó el joven a través de Twitter. Además, en diálogo con TN, compartió que cuando ingresó al departamento hace tres años, pagaba alrededor de $24,000, pero ahora son $70,000. Aunque reconoce que es un alquiler bastante barato para el mercado actual y que ha quedado desfasado en relación a la inflación y a la situación del país, considera que no es culpa suya.
Ignacio, que trabaja en una empresa de tecnología, recibió el mensaje mientras estaba en una reunión y solicitó que le dejaran la solicitud por escrito. Aunque se rió para no angustiarse, admitió que le generó ansiedad pensar en la posibilidad de pagar $140,000 de alquiler y servicios mensuales.
El joven, quien vive solo desde los 23 años, señaló que no puede ponerse del lado de la propietaria, ya que también tiene dificultades económicas. Afirmó que el alquiler no es por diversión, sino una necesidad, y espera que se cumpla el contrato de alquiler como cualquier persona que firma uno.
Ignacio admitió que le genera ansiedad pensar en la renovación del contrato, ya que no sabe si quiere quedarse en el mismo lugar o buscar uno nuevo.
Ignacio también expresó su frustración con la inmobiliaria, ya que considera que nunca ha tenido buena voluntad hacia él, por lo que le resulta difícil mostrar empatía en este caso. Además, mencionó que los precios de los alquileres están por las nubes y que vivir “se ha convertido en un privilegio en lugar de un derecho”.
