El mundo digital es terreno fértil para que surjan tendencias virales capaces de divertir, sorprender o indignar. Sin embargo, no todas las modas de internet resultan inocentes. En los últimos días, un trend conocido como “Ahí viene la CM” generó un fuerte repudio en Argentina, luego de que una estación de servicio Shell de Crespo (Entre Ríos) publicara un video donde dos empleados metían a una joven en una bolsa de consorcio para “hacerla desaparecer”.
Aunque el material fue difundido en clave humorística, la reacción en redes fue inmediata: colectivos feministas, usuarios y figuras políticas advirtieron que el clip banalizaba la violencia machista en un país donde los femicidios siguen siendo una problemática urgente.
El origen del challenge
El origen del trend se remonta a contenidos creados en Estados Unidos, Europa y Asia. Allí, la dinámica mostraba a empleados “cansados” de su community manager (CM), reaccionando con carteles de “No” o escapando cuando esta pedía grabar nuevos videos.
Sin embargo, la tendencia se transformó en algo mucho más oscuro: los clips comenzaron a representar escenas en las que los empleados agredían a la CM, para luego meterla en bolsas o simular su eliminación. Para especialistas y organizaciones feministas, esta adaptación “usa la violencia como recurso cómico” y refuerza estereotipos peligrosos sobre la eliminación de las mujeres.
El caso argentino y la respuesta de las empresas
El video de Crespo no fue el único. Una YPF de Marcos Juárez (Córdoba) también difundió un contenido similar días antes. Ambos fueron eliminados tras la polémica, pero la viralización ya era imparable.
Frente al escándalo, Raízen —licenciataria de Shell en Argentina— y YPF emitieron comunicados repudiando los hechos y condenando cualquier manifestación de violencia. El local entrerriano pidió disculpas públicas y borró todo su contenido previo, mientras que la joven que protagonizaba el video reconoció haber participado en la idea, aunque aclaró que la intención no era promover la violencia.
Pese a las disculpas, la controversia dejó planteada una discusión de fondo: ¿dónde están los límites del humor en redes sociales?