Fuera del estudio de televisión y de las vitrinas repletas de tortas perfectas, Damián Betular lleva una vida mucho más silenciosa y meticulosa. El pastelero y jurado estrella de MasterChef Celebrity encontró en su hogar un refugio de calma y diseño, donde todo está pensado hasta el último detalle.
A través de las imágenes que comparte en sus redes sociales, el chef deja ver un universo distinto al del show culinario: un hogar de líneas limpias, colores neutros y una estética minimalista que refleja su personalidad ordenada y su obsesión por la armonía visual.
La casa de Betular se define por una atmósfera de serenidad. Predominan el blanco, los tonos claros y los ambientes amplios y luminosos, lo que genera una sensación de calma que contrasta con la energía de los sets televisivos.
Cada rincón parece pensado como una extensión de su filosofía: disciplina, detalle y equilibrio. En las fotos que comparte, se observan muebles de líneas rectas, superficies despejadas y una iluminación natural que potencia la idea de pureza estética.
Sin embargo, su casa no es fría ni impersonal. Los espacios incorporan toques de color y textura, como alfombras vibrantes o piezas de arte contemporáneo, que introducen un pulso vital entre tanta prolijidad. “Soy obsesivo del detalle”, ha reconocido el propio chef, una definición que se confirma tanto en sus platos como en su forma de habitar.
Más allá de la cocina: su estudio y la colección secreta
Aunque podría pensarse que su cocina es el corazón del hogar, el espacio más sorprendente de la casa de Betular es su estudio personal, un rincón íntimo donde deja fluir su costado más lúdico.
Allí, lejos de las recetas y el trabajo, el chef cultiva una pasión inesperada: coleccionar y construir Legos.
En ese cuarto perfectamente ordenado —entre estanterías blancas y dispositivos tecnológicos— conviven piezas que cuentan su historia: réplicas de autos, escenas cinematográficas, personajes de ficción y una imponente versión del castillo de Hogwarts del universo de Harry Potter.
Cada maqueta, ensamblada con paciencia y precisión, revela otra faceta del pastelero: la creatividad, la concentración y la atención al detalle, virtudes que también definen su arte gastronómico.
La combinación entre el rigor del orden y el placer del juego convierte su casa en una extensión de su personalidad. Es un espacio donde el silencio y la estética moderna se mezclan con la imaginación y la nostalgia. En su refugio, Betular logra lo que también busca en sus postres: un balance entre estructura y emoción. Su hogar, como sus creaciones, transmite precisión, belleza y un toque de fantasía.
