Mantener el baño impecable y libre de gérmenes es una prioridad en cualquier hogar, una tarea que a menudo asociamos con productos de limpieza potentes y costosos. Sin embargo, existe un secreto sencillo, económico y sorprendentemente eficaz que cada vez más personas están descubriendo: tirar sal en el inodoro por la noche. Este truco casero no solo combate la suciedad, sino que también deja un ambiente fresco y agradable.
Paso a paso de este “ritual” de limpieza para tu baño
La técnica es tan simple como ingeniosa. Antes de irte a dormir, prepará una mezcla con: dos cucharadas de sal gruesa, dos cucharadas de bicarbonato de sodio y unas cinco gotas de tu aceite esencial favorito, puede ser limón, lavanda o eucalipto son excelentes opciones.
Tirá esta combinación directamente en el inodoro, asegúrate de cerrar la tapa para que los gérmenes no se dispersen y dejá que la magia actúe durante toda la noche. Por la mañana, solo necesitás tirar de la cadena y ¡listo!

La clave de este truco para la limpeza del baño
Pero, ¿cuál es la clave detrás de este truco? Está en las propiedades antibacterianas y antisépticas de la sal. Al entrar en contacto con el agua y las superficies del inodoro, la sal comienza a ablandar los residuos, lo que previene la formación de manchas difíciles y reduce la acumulación de sarro. Además, facilita la disolución de cualquier resto orgánico que pueda, a la larga, causar obstrucciones en las cañerías.
La combinación con el bicarbonato de sodio potencia aún más este efecto limpiador. Este ingrediente es un viejo conocido en la limpieza del hogar, capaz de eliminar moho y devolver el brillo a diversas superficies. Por su parte, el aceite esencial no es solo un lujo aromático; su perfume transforma el baño en un espacio más confortable y fresco.
Se recomienda aplicarlo una o dos veces por semana para un mantenimiento óptimo y para evitar posibles daños en las tuberías a largo plazo.