Cocinar un bife a la plancha o preparar carne a la parrilla puede convertirse en un reto para muchas personas. A menudo, la carne termina quedando seca, dura o demasiado fibrosa, especialmente si no se domina el punto exacto de cocción o se trabaja con cortes más económicos.
Pero existen técnicas sencillas y efectivas para mejorar la textura y jugosidad sin necesidad de maquinaria profesional ni adobos complejos.
El cocinero y divulgador científico Heinz Wuth, creador de contenido en redes sociales bajo el perfil @soycienciaycocina, explica en un video viral de TikTok por qué esta estrategia funciona y cómo aplicarla correctamente.
Una técnica popular entre parrilleros
El método, aunque poco conocido, no es nuevo: algunos cocineros y aficionados a la carne conocen los beneficios de remojarla en leche antes de cocinarla y Wuth quiso comprobarlo con un experimento sencillo, comparando el resultado en distintos tipos de carne.
Primero utilizó pechuga de pollo. Una parte la cocinó tal cual, y la otra la dejó reposar durante 24 horas en leche, en refrigeración. Tras cocinarlas en el horno, comprobó que ambas estaban tiernas, pero la que había reposado en leche resultaba visiblemente más jugosa y blanda.
Repitió el experimento con un corte de cerdo, el matambre. A la plancha, la diferencia fue aún más clara: la carne remojada en leche se cortaba con más facilidad y ofrecía una textura más suave al paladar.
Por qué la leche ablanda la carne
Wuth explica que la clave está en la activación de enzimas naturales presentes en la propia carne, como las calpainas. Estas enzimas se ven estimuladas por el contacto con la leche y actúan desenredando y rompiendo las fibras musculares que hacen que la carne sea más dura.
Al modificar esa estructura interna, la carne pierde rigidez y gana en jugosidad. No se trata de una reacción química externa como con los ácidos de un marinado tradicional, sino de una activación interna que relaja el tejido.

Cuándo y cómo usar esta técnica
Esta técnica es especialmente útil con cortes delgados o piezas que tienden a quedar secas, como las pechugas o carnes con poca grasa infiltrada.
- Cubrir la carne con leche entera (preferiblemente)
- Dejarla reposar en frío durante al menos 12-24 horas
- Retirar el exceso de leche antes de cocinar
- Cocinar a temperatura media-alta, sin sobrepasar los tiempos para no endurecer el tejido
- No es necesario añadir sal ni otros ingredientes durante el proceso

El efecto se basa únicamente en la interacción de la leche con las enzimas de la carne. Heinz Wuth resume la propuesta como una técnica fácil de aplicar, sin ingredientes especiales ni procesos complejos, pero con base científica sólida.
El resultado es una carne más tierna y jugosa, ideal para quienes buscan mejorar sus platos en casa con métodos eficaces y accesibles.