Steve Kang, un exmonje budista que hoy es pastor evangélico en Los Ángeles, California, ha compartido una historia que ha captado la atención de miles: tras un intento de suicidio en 1998, afirma haber muerto y pasado 8 horas en el infierno, un lugar que describe como un “paisaje desolado” lleno de demonios gigantes y almas en agonía.
Su testimonio, publicado en medios como Daily Mail, detalla un viaje al más allá que lo transformó radicalmente, llevándolo a abandonar el budismo y abrazar el cristianismo.
Un descenso al infierno tras un colapso personal
Kang, quien nació en Seúl, Corea del Sur, y emigró a Estados Unidos a los nueve años, enfrentó una infancia marcada por la dificultad de adaptarse como minoría asiática en Boston.
A los 19 años, tras años de abuso de sustancias como metanfetaminas, éxtasis y una mezcla mortal que él llamaba “death bowl” (un cóctel de marihuana con cocaína, heroína y PCP), Kang tocó fondo.
En septiembre de 1998, asegura que un “espíritu maligno” lo llevó a intentar quitarse la vida.
Mientras los cirujanos luchaban por salvarlo en un hospital de California, Kang dice que su espíritu descendió a un lugar que identifica como el infierno.

“Era un lugar sin luz, sin plantas, solo un suelo rocoso y acantilados de un color púrpura rojizo. Arriba, todo era oscuridad, como una noche sin luna”, relató Kang al Daily Mail.
Durante las 8 horas que estuvo clínicamente inconsciente —aunque él percibió el tiempo como 15 o 20 minutos—, asegura haber sentido un dolor emocional insoportable: “Era tanta la agonía que no podías hablar con nadie. Supe que era un pecador y que merecía estar ahí”.
Entre los horrores, describe haber visto demonios gigantes de “tres a cinco pisos de altura” con capas oscuras, quienes parecían gobernar ese reino de tormento.
Un milagro que cambió su vida
La madre de Kang, desesperada, contactó a su única amiga cristiana, quien organizó un grupo de oración de ocho personas en el hospital. Mientras oraban, Kang sintió un cambio: “De repente, sentí paz y escuché una voz que decía ‘Te amo, Steve. No más drogas, no más budismo’”, cuenta en su libro 8 Hours in Hell.
Los médicos, que lo dieron por muerto, calificaron su recuperación como un milagro. Tras despertar, Kang aceptó a Cristo y rezó la oración del pecador “unas 10 veces” para asegurarse.
Hoy, como pastor de la iglesia Gospel Community Church OC y fundador de Revive The Nations Ministry, Kang comparte su historia para advertir sobre lo que llama “el cáncer espiritual”.
“No quiero que nadie pase por lo que yo viví, ni siquiera mis peores enemigos”, asegura, mencionando que no desearía ese destino ni a figuras como Hitler o Kim Jong-il.

Un mensaje de redención
La experiencia de Kang, que también incluye una visión del cielo en un segundo episodio cercano a la muerte, lo llevó a dedicar su vida a predicar sobre la salvación.
Su historia, que ha inspirado libros y entrevistas, busca alertar sobre las consecuencias espirituales de las decisiones en vida. Mientras algunos lo ven como un testimonio de fe, otros lo critican como una narrativa influenciada por su estado mental en ese momento. Lo cierto es que, para Kang, esas 8 horas en el infierno fueron un punto de inflexión que lo llevó a encontrar un propósito en su fe cristiana.