La Basílica de San Pedro, epicentro del luto por el fallecimiento del Papa Francisco el pasado lunes 21 de abril, se ha convertido en escenario de una polémica que ha indignado a fieles y observadores.
Mientras miles de personas acuden a despedir al pontífice argentino, algunos visitantes han sido captados tomándose selfies y grabando videos frente al féretro abierto, incluso posando con sonrisas, para luego compartir las imágenes en redes sociales. Esta práctica ha generado un debate global sobre los límites del respeto en ceremonias religiosas y el impacto de la cultura digital.
El papa Francisco, fallecido a los 88 años tras un derrame cerebral, yace en un sencillo ataúd de madera forrado de terciopelo rojo, vestido con una túnica roja, mitra blanca y un rosario en las manos.
La solemnidad del momento, sin embargo, se ha visto interrumpida por actitudes que muchos han calificado de “irrespetuosas”. Según reportes, algunos asistentes han utilizado palos de selfie, realizado videollamadas e incluso sonreído mientras posaban junto al cuerpo del pontífice, desatando una ola de críticas tanto en el Vaticano como en las redes sociales.
Más de cien mil personas han desfilado estos días por el templo vaticano para despedirse del pontífice argentino, entre ellos muchos turistas y curiosos que se han “colado” para fotografías por última vez al papa más “viral” de la historia.

Reacciones y medidas del Vaticano
El Vaticano, en respuesta a la viralización de estas imágenes, ha reforzado los controles en la Basílica de San Pedro, prohibiendo estrictamente cualquier tipo de fotografía o grabación frente al féretro.
“Es una falta de respeto que contradice el espíritu de recogimiento”, señaló un portavoz vaticano. Los guardias suizos han sido instruidos para advertir a los visitantes, y se evalúa la posibilidad de restringir el ingreso de teléfonos móviles durante el velatorio, que culminará con el funeral este sábado 26 de abril.
Testigos presenciales han expresado su consternación. Janine Venables, una visitante galesa, comentó al Daily Mail: “Nos pidieron no tomar fotos en la Capilla Sixtina, pero aquí la gente se sacaba selfies con el ataúd. Me pareció completamente fuera de lugar”.
Un reflejo de la sociedad digital
La controversia ha abierto un debate más amplio sobre la influencia de las redes sociales en momentos de duelo.
Durante las primeras 24 horas tras la muerte del Papa, se generaron más de 9,7 millones de publicaciones relacionadas con él y cerca de 200 millones de interacciones en plataformas como Instagram, X y TikTok, según un análisis de SocialCom para Adnkronos.
Francisco, conocido por su cercanía con las nuevas generaciones y su tono accesible, fue un pontífice “viral”, pero esta obsesión por capturar y compartir cada momento parece haber cruzado una línea.
En X, usuarios han condenado estas acciones.
¿Hacia dónde va el respeto en la era digital?
El caso de las selfies frente al féretro del Papa Francisco plantea preguntas incómodas: ¿hasta dónde llega la necesidad de documentar la vida en redes sociales? ¿Es posible mantener la solemnidad en un mundo hiperconectado? Mientras el Vaticano se prepara para el funeral, al que asistirán líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los reyes de España, la polémica sigue resonando.
La despedida al Papa Francisco, quien será inhumado en la Basílica de Santa María la Mayor según su testamento, debería ser un momento de reflexión y unidad. Sin embargo, estas imágenes han recordado al mundo que, incluso en el duelo, la línea entre lo sagrado y lo cotidiano es cada vez más difusa.