Elizabeth Ogaz, la mujer chilena que se volvió viral en 2019 por pronunciar “vístima” en lugar de “víctima” durante una entrevista en televisión, falleció el pasado lunes 14 de abril a los 61 años. Su estado de salud se había deteriorado notablemente en los últimos meses y, según contó su hija, murió tras varias semanas en coma debido a una septicemia severa.
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La mujer padecía diabetes avanzada. La enfermedad llevó a la amputación de una pierna y, más tarde, a una infección grave en la herida que derivó en una falla multisistémica. “El dolor fue progresivo y muy difícil. Llegó un punto en que los médicos concluyeron que no había solución”, expresó su hija María José Paz Ogaz en declaraciones al medio chileno El Observador.
La popularidad de Elizabeth nació durante un móvil en vivo del programa “Bienvenidos”, de Canal 13, donde opinaba sobre el escándalo mediático entre Sergio Jadue, expresidente de la Asociación Nacional de Fútbol de Chile, y su exesposa María Inés Facuse. Fue entonces cuando soltó la frase que marcaría su vida: “Yo la veo que ella se está haciendo la vístima”.
El error lingüístico fue reproducido y compartido millones de veces en redes sociales, convirtiéndose en uno de los virales más recordados del país. Sin embargo, para Ogaz la fama no fue sinónimo de alegría.
“Me siento mal porque no podemos salir ni a la calle, ayer fuimos al supermercado y la gente se reía, nos molestan y nos gritan cosas, hasta nos piden fotos”, relató en una entrevista posterior. Reconoció que su salud emocional se vio muy afectada: “Mi diabetes se agudizó, mi autoestima se bajó”.
Aunque intentó resignificar su fama abriendo un bar llamado “No te hagai la vístima” en Valparaíso, el proyecto se vio frustrado tras sufrir un violento robo. A eso se sumaron dificultades económicas y problemas de salud que no pudo superar. En los últimos días, su hija lanzó una campaña solidaria para afrontar los costos del funeral: “Somos una familia de escasos recursos, nos encalillamos para pagar el funeral y necesitamos ayuda”.
Elizabeth Ogaz quedó en la memoria colectiva de millones de usuarios por una frase espontánea. Pero detrás del meme hubo una historia marcada por la lucha, el dolor y una popularidad que nunca buscó.