El destornillador es una herramienta básica que todo hogar debe tener. Su función principal, como bien sabemos, es atornillar y desatornillar diversos objetos. Sin embargo, pocos conocen los trucos que esta herramienta esconde bajo su simple apariencia.
En esta nota, te revelaremos dos secretos que te ayudarán a sacarle el máximo provecho a tu destornillador y convertirte en un experto en reparaciones domésticas.
1. El poder del mango: Tu aliado para tornillos difíciles
Ese orificio en el mango del destornillador que muchos utilizan para colgarlo, tiene un propósito más útil de lo que imaginas. Sirve como punto de apoyo para una palanca, ¡convirtiendo tu destornillador en una herramienta aún más poderosa!
¿Cómo funciona? Simplemente introduce otra herramienta alargada, como una varilla o un clavo, en el orificio del mango. Luego, utilízala como palanca para ejercer mayor fuerza sobre el tornillo y aflojarlo con mayor facilidad.
¡Atención! Recuerda ser cuidadoso y no exceder la fuerza, ya que podrías dañar el tornillo o la superficie que estás trabajando.
2. Aceite penetrante: Tu mejor amigo contra los tornillos rebeldes
Si te encuentras con un tornillo particularmente terco que no cede a pesar de tus esfuerzos, no desesperes. Un poco de aceite penetrante puede ser tu mejor aliado.
Aplica unas gotas sobre la cabeza del tornillo y deja actuar durante unos minutos. El aceite ayudará a aflojar el óxido y la suciedad que puedan estar dificultando el giro.
Consejo extra: Para evitar problemas futuros, es recomendable perforar previamente la superficie donde vas a atornillar. De esta manera, el tornillo entrará más fácilmente y te ahorrarás dolores de cabeza.