Lo que empezó como una conversación entre amigas en WhatsApp terminó generando miles de comentarios en redes. Todo comenzó cuando Mariela recibió la pregunta de su mejor amiga, Pili: “¿Y salís con el pibe de la tienda, al final?”. La respuesta fue sincera: “Sí, me gusta, es lindo, buena onda, todo, pero no tiene auto”. La reacción de Pili no tardó: “Dios mío, Mariela, nada te viene bien”.
La charla continuó y Mariela confesó que el chico, Wally, le había propuesto encontrarse en un punto intermedio porque no tenía auto. Sin filtro, lanzó: “Si no tiene auto, seguro no tiene un peso, me va a hacer pagar hasta la propina”. Ante esto, Pili le sugirió entre risas un “truco”: “Decile que necesitás plata, metele cualquier excusa, eso espanta a cualquiera”.
Mariela probó el consejo y, para sorpresa de ambas, el joven le transfirió $ 10 mil. “¿Qué? ¿En serio?”, reaccionó Pili entre carcajadas. Lejos de frenar, la amiga insistió: “Pedile $25.000, ahí te bloquea seguro”. Pero tampoco ocurrió: Wally volvió a transferirle otros $ 25 mil.
“¿Qué onda este pibe?”, se preguntaron, incrédulas. Mariela, entonces, aceptó la invitación a cenar.
La cita parecía ir bien. Según le contó a su amiga, la estaba pasando “re bien”, todo fluía y la conexión era evidente. Sin embargo, de un momento a otro, el joven se levantó para ir al baño y no regresó. El mozo lo buscó, pero no había rastros.
Minutos después, Mariela recibió un mensaje inesperado: “No tener auto no me hace menos importante. ¿Te pensás que no me di cuenta que me pediste plata para espantarme? Usá esos $35.000 para pagar parte de la cuenta. Yo me fui. Con interesadas, no salgo”. Luego, la bloqueó.
El golpe final llegó con la cuenta de la cena: $ 157.300. “¿Y vos que no querías pagar la mitad? Te arruinó”, le dijo Pili entre risas. Y remató: “No tenía auto, pero te hizo chocar como si hubieras salido con Colapinto”.