La astrología dejó de ser solo una guía personal para convertirse en un factor que empieza a intervenir en la manera en que muchos argentinos planifican sus vacaciones. Según un estudio reciente de Booking, el zodíaco es ahora una especie de brújula emocional para elegir destinos, definir niveles de aventura e incluso evaluar si conviene posponer un viaje.
Lo llamativo es que esta tendencia no se limita a una curiosidad pasajera: un 41% de los consultados afirmó que cambiaría o cancelaría sus planes si un asesor espiritual le recomendara hacerlo, y un 31% reconsideraría su partida ante una advertencia del horóscopo.
El informe, elaborado con opiniones de más de 29.000 viajeros de 33 países, incluyó a más de 1.000 argentinos. Para interpretar los resultados, la plataforma convocó al astrólogo y escritor Joe Fernández, quien analizó cómo las características de cada signo se trasladan al estilo de viaje.

Aunque la propuesta resulta atractiva para quienes buscan experiencias más personalizadas, también invita a discutir cuánto de estas decisiones responde a preferencias reales y cuánto a la influencia creciente de productos y discursos “holísticos” en el consumo turístico.
Estos son los signos que tienden a cambiar el vuelo, según el zodíaco
Entre los signos más organizados aparecen Virgo y Capricornio. Virgo planifica con tal minuciosidad que viaja con carpetas, vouchers impresos y un itinerario detallado con resaltadores. Capricornio mantiene el mismo orden, pero con un objetivo más pragmático: respetar el presupuesto previsto y obtener satisfacción al cumplirlo. Esta preferencia por el control contrasta con la actitud de Aries, impulsivo y capaz de comprar un pasaje sin destino definido, o con Acuario, que se entrega a la improvisación total, sin reservas ni itinerarios.
En el mundo de los placeres sensoriales, Tauro elige vacaciones que vayan “en cámara lenta”, donde importan más el vino, la comida y el paisaje que la cantidad de actividades. Libra, regido por Venus, privilegia la estética: lugares bellos, ambientes armónicos y cierto nivel de sofisticación. Para Géminis, en cambio, el viaje perfecto necesita movimiento constante, cambios de transporte y una agenda de estímulos variados. Escorpio prefiere lo intenso: destinos misteriosos, alojamientos con historia o escenarios que otros considerarían inquietantes.

Leo busca experiencias épicas, con destinos grandilocuentes y registro constante en redes sociales. Cáncer opta por lo emocional, con viajes familiares que recrean momentos significativos. Piscis necesita agua cerca —mar, río o laguna— para sentirse en sintonía. Y Sagitario, fiel a su espíritu explorador, quiere “sacarle el jugo a las piedras” con aventuras que van desde paseos en globo hasta caminatas interminables.
Lo indiscutible es que el turismo zodiacal se instaló como un fenómeno cultural. A la hora de armar la valija, los astros —para un sector creciente— pesan tanto como la tarjeta de crédito.
























