El artista digital estadounidense Beeple irrumpió en el Art Basel Miami Beach con una de las obras más comentadas de la edición 2025: Regular Animals, una instalación que despliega una manada de perros robóticos equipados con cabezas hiperrealistas de Elon Musk, Jeff Bezos, Andy Warhol, Pablo Picasso y Mark Zuckerberg.
La pieza, a medio camino entre la sátira y la crítica cultural, capturó la atención del público desde la jornada inaugural de este viernes.
Dentro de un corral metálico, los robots se mueven, parpadean, fotografían a los visitantes e incluso “defecan” impresiones artísticas o NFTs, dependiendo del modelo.
Las cabezas fueron elaboradas por el renombrado creador de máscaras Landon Meier, con un nivel de realismo tan logrado que algunos asistentes describieron la escena como “perturbadora”, “retorcida” y al mismo tiempo “brillante”.
Cada una de las impresiones expulsadas por los robots remite a lenguajes visuales del siglo XX.
El perro-Warhol produce imágenes pop, el perro-Picasso genera composiciones cubistas, el de Musk expulsa piezas en blanco y negro con estética futurista y el de Zuckerberg recrea visualidades vinculadas al metaverso.
En cambio, el perro-Bezos no produce impresos: su presencia, según el equipo de Beeple, representa “el peso simbólico de una figura que define lo que millones ven, consumen y compran”.
“Ahora vemos el mundo a través de los ojos de algoritmos y de estas figuras tecnológicas. Antes eran los artistas quienes moldeaban percepciones; hoy lo hacen los magnates del código”, sostuvo Beeple, cuyo nombre real es Mike Winkelmann.
En total, los robots generarán 1.028 impresiones, de las cuales 256 incluirán un código QR para reclamarlas como NFT.
La explicación de Beeple
En la web oficial del proyecto, Beeple explica que Regular Animals “reconsidera la historia del retrato, la escultura y la creación generativa, canalizándolas a través de la percepción maquinal”.
Para el artista, cada perro-robot funciona menos como un objeto y más como un “conducto viviente”: un dispositivo que absorbe información, la remezcla y la traduce en nuevas imágenes que conformarán “el archivo del que se moldearán las inteligencias futuras”.
El manifiesto también plantea un interrogante sobre el vínculo entre humanos y sistemas algorítmicos:
“A medida que nuestras identidades se entrelazan más con los marcos digitales, y a medida que la robótica y la inteligencia artificial avanzan hacia la autonomía, surge la posibilidad de que estos seres reclamen su propia autoridad interpretativa”.
Una reflexión sobre el poder y la mirada tecnológica
El artista propone pensar la instalación como una frontera difusa entre observador y observado. “Esta obra medita sobre el umbral donde nuestras herramientas empiezan a formar sus propios mundos en respuesta”, sostiene Beeple.
Así, Regular Animals se puede interpretar como un comentario sobre la fama, la identidad, el capitalismo digital y el rol del arte en una época dominada por algoritmos.
