Un hombre de 34 años residente en Warrington, Inglaterra, fue condenado por un delito que, según aseguró su abogado, no fue más que “una broma inspirada por la bebida”.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 30 de abril en una tienda de conveniencia de la localidad, según informó el medio local Warrington Guardian.
En ese momento, Guy Willis fue al lugar con la intención de comprar alcohol. Sin embargo, cuando el empleado se dispuso a cobrarle, el hombre se bajó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos y preguntó: “¿Puedo pagar con esta?”.
Acto seguido, Willis pasó sus partes íntimas por encima del posnet del local, imitando a una tarjeta de crédito, según sumó The Sun.
Tras el hecho, el trabajador le exigió que restituyera sus prendas a la posición original y que pagara lo que había comprado.
Sin embargo, la “broma” de Willis pasó a mayores. El hombre fue identificado por las cámaras de seguridad del comercio y, horas después, quedó bajo arresto. En ese momento Willis se negó a declarar ante la policía.
Inglaterra: quiso pagar con sus partes íntimas
A fines de diciembre, el Tribunal de Magistrados de Warrington calificó las acciones de Willis, quien ya tenía once antecedentes, como “muy desagradables” e impulsadas por la voluntad de que “alguien lo viera y se alarmara o angustiara”.
En esta ocasión, el hombre decidió declarar en la corte y dijo ser inocente. Gary Heaven, el abogado que asumió su defensa, intentó de inmediato quitarle hierro al asunto.
Según apeló, la situación no ameritaba una comparecencia ante los tribunales ni un doble interrogatorio. “Lucho por encontrar en mi experiencia un ejemplo de payasada peor juzgado que este”, aseveró.
“Él supo en todo momento que iba a ser identificado y que acabaría llamando la atención de la policía. Por eso, lo que hay que preguntarse, es qué diablos había en su mente en ese momento”, agregó.
Según profundizó el abogado, Willis dejó hace tiempo el alcohol y tuvo una recaída, lo que explicaría su conducta absurda. Además, destacó que en el lugar no había niños ni damas.
Sin embargo, los jueces condenaron al exhibicionista a participar de un taller de rehabilitación de 30 días, y a someterse a controles de alcohol durante 90.
Además, deberá abonar 350 libras (algo más de 16.000 pesos) por costas judiciales e integrará durante cinco años el registro de delincuentes sexuales.
