El universo digital nunca deja de sorprender. La última tendencia que arrasa en TikTok se llama “brainrot italiano”, un fenómeno viral que mezcla humor absurdo, inteligencia artificial y una dosis de surrealismo que parece no tener límites. Su nombre no es casual: “brainrot”, elegido como Palabra del Año 2024 por Oxford University Press, se traduce literalmente como “podredumbre cerebral”, y refleja a la perfección la sensación de sobreestimulación que produce.
Nacido en Italia y expandido al mundo a través de TikTok, este movimiento se caracteriza por personajes imposibles: animales y objetos fusionados con rasgos humanos, que protagonizan videos breves, hilarantes y a menudo incomprensibles. El resultado: millones de usuarios atrapados en un “scrolleo” infinito.

Lo que comenzó como memes de IA, terminó construyendo un universo narrativo con personajes y hasta rivalidades. Entre los más populares destacan:
- Trallallero Trallala: un tiburón que calza zapatillas Nike en sus aletas.
- Frigo Cammello Buffo Fardello: un camello con cuerpo de heladera y zapatos estilo Timberland.
- Tung Tung Tung Sahur: un palo de madera antropomórfico que porta un bate de béisbol.
- Ballerina Cappuccina y Cappuccino Assassino: una pareja bizarra formada por una bailarina con una taza de café por cabeza y su marido asesino.
- Bombardiro Croccodilo: un cocodrilo convertido en bombardero, que incluso “venció en una guerra” a su hermano, Gusini Bombombini, un portaaviones con cabeza de ganso.
Este enredo de relaciones ficticias, sumado a la complejidad de nombres casi trabalenguas, ha sido clave para enganchar al público.
De TikTok a las Mochilas: El Algoritmo y la Mercancía
El fenómeno no se quedó en la pantalla. Hoy existen remeras, juguetes y hasta canciones inspiradas en el brainrot italiano. En las escuelas, según explica la psicóloga Malena Sartoretto, los jóvenes no solo consumen estos videos, sino que inventan poderes para los personajes, crean nuevas rivalidades y hasta imitan su forma de hablar.
Pero detrás del entretenimiento, hay algo más profundo: la economía de la atención. “Estos contenidos están diseñados para mantenernos en el scrolleo constante. La atención se vuelve mercancía, y los algoritmos nos entrenan como consumidores”, advierte Sartoretto.

Los especialistas coinciden: no se trata de demonizar el fenómeno, sino de entender qué lo hace tan atractivo. Los videos son cortos, visualmente impactantes y con nombres pegajosos, una fórmula perfecta para enganchar al cerebro.
El desafío para padres y tutores es tender puentes con los más chicos, conversar sobre lo que consumen y ayudarlos a identificar cuándo el humor se convierte en hábito adictivo.
En definitiva, el brainrot italiano es más que un meme: es un espejo de cómo las plataformas capturan nuestra atención con humor absurdo, al mismo tiempo que exponen el valor más codiciado del mundo digital: nuestro tiempo frente a la pantalla.