Un joven tuitero vivió una situación tan absurda como dolorosa mientras viajaba en colectivo. Se sentó junto a una de las puertas, pero cuando el vehículo cerró, su pie quedó atrapado entre las hojas. Por vergüenza, decidió no avisarle al chofer y esperó hasta la siguiente parada para liberarse.
“La puerta del autobús se tragó mi pie y me da vergüenza gritarle al conductor que la abra por lo que tendré que esperar hasta la siguiente parada”, escribió el usuario @stollendance en X (ex Twitter), donde compartió una foto que mostraba el zapato aprisionado por la puerta.
La publicación superó los 7 millones de visualizaciones, recibió más de 200 mil “me gusta” y generó una oleada de comentarios que mezclaron empatía y humor. “Entiendo tu sufrimiento, una vez me senté en un asiento vomitado sin darme cuenta y me quedé para que nadie vea mi sufrimiento”, escribió un usuario. Otro sumó: “Me pasó con el brazo y lloré en silencio hasta que abrieron otra vez la puerta”.
También hubo quienes se tomaron con humor la situación y lanzaron comentarios como: “Ese zapato es demasiado grande”.
La anécdota recorrió las redes como un ejemplo más de cómo la vergüenza puede más que el dolor... al menos por unas cuadras.