La noche del 14 de marzo de 2023 quedará grabada en la memoria de Trendall y Darby Russom. El sistema de tormentas severas que cruzó el valle medio del Misisipi generó al menos 13 tornados, y uno de ellos, de categoría EF-2, arrasó con su casa en Harviell, Misuri. La joven se encontraba sola en su hogar cuando el viento empezó a rugir con fuerza.
Canal especial virales de La Voz
Darby, su esposo, estaba de guardia. Mientras tanto, la mujer sentía cómo el peligro se acercaba. Agarró a su perro y se refugió en el sótano, justo debajo de la escalera. “Podía sentirlo”, relató Trendall, refiriéndose al ruido ensordecedor que hizo el tornado mientras su casa se desmoronaba. En medio de la oscuridad, con la luz cortada y el polvo invadiendo el lugar, solo podía esperar.
Cuando salió, su casa ya no existía. El techo había desaparecido, el almacén de dos pisos se había esfumado y el cobertizo del auto estaba destruido. Pero tanto ella como su perro estaban a salvo.
Pese a las pérdidas materiales, una sorpresa le devolvió algo de esperanza: partes del álbum de boda que tenían guardado en el ático fueron encontradas a más de 160 kilómetros de distancia, en Perryville, Misuri.
Las páginas, mojadas y rasgadas, aparecieron en el jardín de la bodega Hemman Winery. Los dueños publicaron las fotos en Facebook y, gracias a eso, pudieron dar con sus dueños. “Nunca esperé encontrar nada de lo que perdimos, y ver hasta dónde llegó fue realmente asombroso”, contó Trendall.
Horas más tarde, otra página del álbum fue localizada en Marble Hill, otra localidad que quedó en el recorrido de las ráfagas. Así se confirmó que, en su vuelo forzado, las imágenes recorrieron kilómetros arrastradas por el viento.

La pareja se mostró agradecida con quienes ayudaron a recuperar esas piezas de su historia. “Estamos agradecidos de estar vivos”, dijo Darby. Aunque el seguro cubrirá los daños materiales, ambos destacaron que lo más difícil de recuperar son los objetos sentimentales: los libros de votos, el ramo, el álbum.
Pero incluso entre los escombros y la tragedia, la historia de las fotos voladoras se convirtió en un pequeño milagro que les dio algo a lo que aferrarse. Una prueba de que, a veces, el viento no se lleva todo.