Los trucos heredados de las abuelas están recuperando protagonismo. Entre ellos, uno destaca por su eficacia, simplicidad y versatilidad: licuar cáscaras de naranja con canela. Lejos de ser una curiosidad doméstica, este preparado funciona como limpiador, aromatizador y repelente natural, reuniendo tres beneficios en un solo producto.
La clave está en sus componentes. Las cáscaras de naranja, ricas en aceites esenciales cítricos, tienen un aroma fresco y una notable capacidad desengrasante. La canela, en cambio, aporta calidez aromática, neutraliza olores y suma un suave efecto antibacteriano. La mezcla de ambos ingredientes ofrece un resultado potente, económico y libre de químicos irritantes.
El limpiador natural: de la cocina a la protección contra insectos
En la cocina, este preparado brilla: desintegra grasa, elimina restos de comida y neutraliza olores persistentes. Es ideal para limpiar mesadas, anafes, heladeras y superficies de uso cotidiano. Su funcionamiento no se basa en abrasivos artificiales, sino en los aceites naturales presentes en la naranja.
Diluida en agua y colocada en un difusor, la mezcla actúa como un perfume ambiental que combina frescura cítrica con calidez especiada. También puede rociarse sobre mantas, sillones o cortinas para revitalizar el ambiente sin recurrir a fragancias industriales.
El aroma cítrico mezclado con la canela resulta incómodo para varias plagas domésticas. Pulverizar la mezcla cerca de ventanas, marcos y puertas ayuda a impedir la entrada de mosquitos y hormigas, convirtiéndolo en un complemento natural para el control de insectos.
Cómo preparar el limpiador natural con naranja y canela
- Lavar bien y juntar las cáscaras de 2 o 3 naranjas.
- Colocarlas en la licuadora con 1 cucharadita de canela en polvo o un trozo de rama.
- Agregar agua tibia hasta cubrir los ingredientes.
- Licuar hasta obtener un líquido espeso y aromático. Para un acabado más fino, colar la mezcla.
Aunque es un método casero, natural y seguro, no reemplaza por completo a los productos profesionales cuando se necesita desinfección intensiva. Además, el ácido cítrico puede dañar superficies delicadas como mármol o granito, dejándolas opacas. Por eso, antes de usarlo en una superficie nueva, conviene hacer una prueba en una zona poco visible.
