La vidente Baba Vanga fue una famosa adivina, residente de Bulgaria, que predijo hechos y personas a lo largo de su vida. En reiteradas ocasiones, sus vaticinios se volvieron realidad: desde catástrofes naturales, ataques, eventos globales y hasta muertes conocidas mundialmente.
La adivina de nombre original Vangelia Pandeva Gushterova, más conocida como “Nostradamus de los Balcanes” o Baba Vanga, advirtió “fenómenos aterradores” para este año.
Predicciones y temblores
Recientemente, las predicciones de la adivina adquirieron relevancia en el público general a raíz del terremoto ocurrido en Taiwán: el sismo de mayor magnitud en el país en un cuarto de siglo. Durante la mañana del miércoles 3 de abril, el terremoto de magnitud 7,5 estremeció la isla dañando edificios y provocando la muerte de por lo menos nueve personas.
El viernes de la misma semana, otro temblor afectó la zona este de Estados Unidos alcanzando los 4,8 y afectando la ciudad de Nueva York.
Remontándonos al primer día de este año 2024, las noticias ya reflejaban el cumplimiento de las predicciones de Baba Vanga. Un sismo de magnitud 7,6 en Japón se llevó más de 250 vidas y sumó miles de heridos.
La “Nostradamus de los Balcanes”
Los seguidores de la clarividente advierten que no se trata de coincidencias, sino de los vaticinios de la “Nostradamus de los Balcanes”. Este apodo compara a la adivina con el filósofo francés, Nostradamus, a quien se atribuyen otros vaticinios.
En su obra “Les Propheties”, el filósofo advirtió que en 1555 “la Tierra seca se volverá más reseca”. Quienes creen en sus predicciones relacionan también estos dichos con los últimos temblores.
Por su lado, Vangelia “Bava Vanga”, fue una mujer originaria de la República de Macedonia, quien vivió desde 1911 hasta 1996.
Según cuenta su relato, Baba Vanga vivió toda su vida en Bulgaria, y comenzó a tener visiones cuando un “tornado” -un fenómeno muy infrecuente en la zona- la levantó en el aire y la arrojó 400 metros a un campo cercano. La gente del pueblo la encontró con los ojos cubiertos de arena y polvo, lo que la dejó ciega.
Para sus seguidores, la mujer fue una psíquica poderosa que podía comunicarse con los muertos y tenía visiones sobre el futuro. Ella aseguraba que sus videncias eran posibles gracias a la presencia de unas criaturas invisibles que le informaban sobre las personas y sus vidas.
Baba Vanga fue admirada tanto en Rusia como en Europa Oriental, y durante años fue la oráculo oficial de la Unión Soviética, por lo que recibía una remuneración mensual. Muchos sostienen que simplemente eran predicciones que armaba a partir de la información que le pasaba los servicios secretos rusos.
Varios estudios sobre sus profecías aseguran que supera más del 80% de aciertos, un número que la ubica en el podio de los clarividentes.
Entre algunas de las profecías que Baba Vanga sostuvo a lo largo de su vida estuvieron: en 1939, adivinó el comienzo y el final de la Segunda Guerra Mundial, en el ‘79 adelantó la desintegración de la Unión Soviética, el desastre de Chernobyl y diez años después, profetizó el ataque a las Torres Gemelas.
“Dos aves metálicas chocarán contra los hermanos americanos, lobos aullarán desde los arbustos y la sangre de inocentes correrá por los ríos”, sostuvo en su momento la vidente.