Una advertencia de un hombre en TikTok generó un debate entre los cibernautas y una seria advertencia. En un video publicado por el usuario Facu Dalpra, quedó en evidencia una de las trampas callejeras más viejas y populares, al parecer: la estafa del afilador de cuchillos. El video se llenó de hashtags para atraer la atención de los usuarios, como #Cuidado, #OjoConEsto y #NoCaigas, mostrando un modus operandi que muchos catalogaron como “viveza criolla”.
La mecánica es sencilla y está dejando a muchísimos vecinos en alerta. El afilador, que a menudo se moviliza en bicicleta, ofrece sus servicios de manera tentadora, prometiendo un precio bajo. La gente, confiada, le entrega una buena tanda de utensilios, llegando a dar hasta 10 cuchillos para que les haga el servicio.
Cuál es el modus operandi de la estafa del afilador de cuchillos
Según este hombre, el verdadero problema aparece cuando el trabajo ya está hecho. Ya que la estafa consiste en cambiar el precio radicalmente en el momento de cobrar. Al momento de preguntarle el precio inicial, el afilador dice con un tono que apenas se entiende “mil” pesos, pero ya cuando afiló varios cuchillos, aparece su cómplice en otro extremo de la calle a preguntarle también el costo.
La diferencia, es que esta vez el afilador responde “nueve mil”, dejando confundido a su cliente, ya que le había dado otro precio.
Intentando salir de la situación, estos estafadores se excusarían diciendo que ese precio era “por cada lado de la hoja” del cuchillo. De esta manera, una simple operación de afilado se convierte rápidamente en una fortuna para el cliente.
Dalpra señaló que la gran interrogante ante esta situación es qué hacer. Porque el escenario es el siguiente: el afilador tiene tus cuchillos y ya afiló varios, pero el costo que te está dando ahora, es mucho más elevado que el inicial.
Ante el abuso, las reacciones han sido de todo tipo. Un comentarista sugirió que, si intentan cambiar el precio, hay que mirarlos fijo y llamar a la Policía.
La verdad es que la advertencia viralizada sirve como un recordatorio de que hay que extremar precauciones. La mejor defensa, según algunos usuarios, es no afilarles nunca o ingeniárselas para tener el precio grabado como prueba.
