Una nueva teoría explica el misterio de lo que ocurre en el tenebroso Triángulo de las Bermudas. Se trata de uno de los lugares del planeta con más misterios sin resolver.
En este triángulo imaginario –que forman los extremos de las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami, y que ocupa 1,1 millones y medio de kilómetros cuadrados– han desaparecido cientos de barcos, casi cien aviones y miles de personas.
Ahora, una nueva teoría da una posible solución al enigma. Un científico asegura haber resuelto el misterio del Triángulo de las Bermudas y sostiene que lo sobrenatural no tiene la culpa.
Karl Kruszelnicki aseguró que no existe ningún misterio en la zona. Según explicó a The Mirror, el motivo por el que tantas embarcaciones y aviones han desaparecido allí sin dejar rastro no tiene nada que ver con los extraterrestres o con la ciudad perdida de la Atlántida.
El experto australiano aseguró que la gran cantidad de desapariciones no puede explicarse por nada más sobrenatural que el error humano, el mal tiempo y el hecho de que está tan saturado de medios de transporte.
“Está cerca del ecuador, cerca de una parte rica del mundo, América, por lo tanto, hay mucho tráfico. Según Lloyd’s de Londres y la Guardia Costera de Estados Unidos, el número de desaparecidos en el Triángulo de las Bermudas es el mismo que en cualquier parte del mundo en porcentaje”, detalló.
El vuelo 19: el primer misterio
El científico detalló que hay explicaciones simples para la pérdida del Vuelo 19 que inició la especulación sobre la zona. Se trata de un vuelo de cinco torpederos TBM Avenger de la Marina de los Estados Unidos que partieron de Fort Lauderdale, Florida, el 5 de diciembre de 1945, para una misión de entrenamiento de rutina de dos horas sobre el Atlántico.
Tras perder el contacto por radio con su base, los cinco aviones desaparecieron y nunca se encontró rastro de ellos ni de sus 14 tripulantes.
Tiempo después, se supo que un hidroavión PBM-Mariner enviado esa noche en una misión de búsqueda y rescate para encontrar el Vuelo 19 también desapareció junto con sus 13 tripulantes.
Las especulaciones sobre esta “evaporación” fueron muchísimas, especialmente después de 1964, cuando el escritor Vincent Gaddis adelantó sus teorías en un artículo titulado “El Triángulo Mortal de las Bermudas”.
El experto también ofreció explicaciones simples por la pérdida del Vuelo 19. Para empezar, sostuvo que a pesar de las sugerencias de que la patrulla desapareció en condiciones ideales de vuelo, en realidad hubo olas de 15 metros que habrían tenido un gran impacto.
Además, sumó que el único piloto verdaderamente experimentado en el vuelo era su líder, el teniente Charles Taylor, y que su error humano bien podría haber influido en la tragedia, destacó The Mirror.
Agregando más datos, indicó que las transcripciones de radio de antes de que la patrulla desapareciera dejaron claro que el Vuelo 19 no estaba seguro de su posición.
También muestran que Taylor creyó que su brújula fallaba y que estaba sobre los Cayos de Florida, pero un análisis posterior realizado por el personal de tierra mostró que estaba al sureste, cerca de una isla en las Bahamas.
Karl Kruszelnicki aseguró que el teniente rechazó a un piloto más joven que dijo que deberían girar hacia el oeste e insistió en que la patrulla volara hacia el este, sin saberlo, llevándolos hacia adentro del Atlántico, sobre aguas profundas donde podría ser más difícil encontrar aviones o cuerpos hundidos.
El hidroavión de búsqueda y rescate fue enviado en una misión de rescate, pero desapareció, pero el experto aseveró que lo vieron explotar en el aire.
Más teorías que intentan explicar lo inexplicable
En 1977, el Triángulo de las Bermudas había generado un atractivo tal que hasta Steven Spielberg incluyó referencias a él en su película “Encuentros cercanos del tercer tipo”, que mostraba a la tripulación del Vuelo 19 como si hubiera sido secuestrada por extraterrestres.
Otras explicaciones más vinculadas a la ciencia aseguran que todo se debe a liberaciones explosivas de gas metano que se encuentra atrapado como hidrato de metano dentro de una jaula cristalina helada de moléculas de agua, debajo del lecho marino frío de las profundidades del océano.