No pudo ser. La ilusión cuasi futbolera que se había despertado en torno a Argentina, 1985 se hizo añicos cuando Salma Hayek y Antonio Banderas anunciaron anoche que el Oscar a la Mejor Película Internacional quedaba para Sin novedad en el frente. Alemania, campeón.
El camino triunfal de la película dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani chocó contra el relato antibelicista dirigido por Edward Berger. Netflix le ganó esa batalla a Amazon Prime Video.
Para muchos, la 95 entrega de los Oscar perdió interés inmediatamente después de eso. Sin embargo, claro que hubo mucho más.
Kimmel, gran conductor
Antes, a las 21 en punto, había empezado la mayor celebración del cine industrial a nivel mundial. Una fiesta que no en vano se estableció casi como sinónimo de glamour y como un vistazo al mundo de las estrellas en su faceta más radiante.
Jimmy Kimmel, contundente y ácido pero sin perder la amabilidad de buen anfitrión, dio el puntapié inicial apareciendo enredado en un paracaídas, después de una edición de Top Gun Maverick que lo mostró como un piloto en problemas.
Chistes sobre Spielberg y su suerte de autobiografía, referencias a Ke Huy Quan (el actor que estuvo en Los Goonies y ahora resurgió por su papel en Todo en todas partes al mismo tiempo), una alabanza al legendario compositor John Williams que volvió a estar nominado a los 91 años y una fuerte “picanteada” a Babylon por el fracaso millonario que fue en la taquilla, fueron algunas de las humoradas que el conductor disparó como ráfaga en la apertura.
Ahí nomás llegó también una referencia suya al escándalo del año pasado: el cachetazo de Will Smith a Chris Rock.
Primero, Kimmel dijo que, si llegase a pasar algo similar, el público podrá hacer lo que hizo el año pasado, “o sea, nada”. La gente se echó a reír, pero la ironía mezclada con verdad retumbó en el Dolby Theatre.
El remate vino cuando Kimmel explicó que la cachetada no volverá a ocurrir porque si alguno se animara a subir al escenario él traería a algunos de sus amigos para que lo defiendan. “Si quien venir aquí a decir algo, quizás reciban su merecido. Si quieren bromear y venir aquí, no será fácil. Tendrán que pasar por un par de mis amigos antes”, advirtió, para nombrar a algunos de los actores y actrices cuyos personajes son fuertes y valientes como Andrew Garfield por Spiderman y Michael B. Jordan por Creed, e incluso a Guillermo del Toro, de quien dijo que es “su amigo personal” que lo cuidará si algo pasa.
El sueño americano
Ke Huy Quan entregó el primer momento realmente emotivo de la noche. El actor que había saboreado la fama de niño con su hit en Los Goonies e Indiana Jones y la última cruzada pasó después por 20 años de ostracismo en las grandes ligas del cine.
Ahora, inesperadamente, volvió en plenitud con Todo en todas partes al mismo tiempo. En su discurso de agradecimiento tras ganar como Mejor actor de reparto, se acordó del enorme esfuerzo de su madre para mudarse a Estados Unidos con él y su hermano, y entre lágrimas no dudó en decir que él alzando la estatuilla era la concreción del sueño americano. De hecho, recordó su viaje en barco y su estadía de un año en un campo de refugiados antes de ser actor.
Hubo, acto seguido, otro gran discurso de agradecimiento, que lo dio Jamie Lee Curtis, quien a sus 64 años y con 45 de carrera en el más alto nivel, recién ahora pudo ganar su primera estatuilla. Fue como Mejor actriz de reparto, gracias a su papel como Deirdre Beaubeirdre también en Todo en todas partes al mismo tiempo. Su emoción, genuina, puso de pie a todo el Dolby Theater.
En cinematografía (que llegó dos categorías antes que la de Mejor película internacional) empezó a crecer el “cuco” alemán, porque Sin novedad en el frente se llevó el rubro. Y después siguió sumando estatuillas, como Mejor Diseño de Producción y Mejor Banda Sonora Original.
En maquillaje ganó La ballena, por la increíble caracterización que hicieron de Brendan Fraser.
La música
La ceremonia, como siempre, luchó para mantener el dinamismo. En ese sentido sumaron mucho los fragmentos con las canciones nominadas a Mejor canción, con la sobresaliente actuación de Lady Gaga en versión cruda (jeans rotos, remera básica y cero maquillaje) para su canción de Top Gun: Maverick.
En la otra punta, con una gran producción, también brilló Rhianna con su canción para Wakanda: Por siempre. El galardón en ese rubro terminaría quedando para Natu Natu, la pintoresca canción hindú de RRR.
Otro momento musical destacado fue el que protagonizó Lenny Kravitz en el segmento In Memoriam, interpretando Calling all angels, mientras salían los nombres de las personalidades que fallecieron el último año.
En todos los premios
Sobre el final de la noche, las dos grandes ganadoras parecían ser Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo y Sin novedad en el frente, que iban cabeza a cabeza. La primera había sumado Mejor guión original, Montaje y Director (por Dan Kwan y Daniel Scheinert) y sacaba una ventaja que parecía irremontable.
Como Mejor actor se dio lo que esperaba:_Brendan Fraser ganó por su papel en la polémica La ballena, interpretando a un hombre obeso (que muchos la tildaron de gordofóbica). Más allá de esto, el reconocimiento a Fraser era unánime y aquí se confirmó.
El penúltimo premio de la noche fue Mejor actriz, que quedó para Michelle Yeoh, impecable protagónica de Todo en todas partes al mismo tiemo, dejando todo servido para que esta misma película se alzara con el premio más importante de la noche, a Mejor Película (en manos del mismísimo Harrison Ford).
Así, Todo en todas partes al mismo tiempo terminó se terminó llevando siete premios en una noche soñada.
