Esta noche comienza a rodar la pelota de la música, el baile y la gastronomía en Alta Gracia. Es el turno de la Fiesta de las Colectividades en su 25ª edición, con lo cual los amantes de todas estas artes estarán felices de la vida.
Porque en esta celebración de la diversidad de las expresiones culturales, todo se conjuga para que el público disfrute desde todos sus sentidos: músicas populares, bailes típicos de las delegaciones participantes y gastronomía tradicional de cada región, para que, por ejemplo, comamos un shawarma mientras miramos el show de Vicentico.
Este año, las delegaciones confirmadas son las de Argentina, Brasil, Cuba, México, Perú, República Dominicana y Uruguay por parte de América del Sur y el Caribe; Estados Unidos representando a Norteamérica; Alemania, Croacia, España, País Vasco, Italia Francia, Holanda e Irlanda entre los europeos y, Armenia e Irak como representantes del mudo oriental, junto con la carpa de los países árabes y la de la sociedad árabe musulmana, una cita obligada para los adeptos a la comida típica de esa región.
Todo este paisaje conforma un caos organizado, una muestra de lo que es la Argentina contemporánea, un bello compendio de culturas puestas a compartir un hermoso territorio.
A picar algo
Entre los bocadillos que no hay que perderse generalmente está el anticucho de res en la carpa peruana, que es asado a la plancha y adobado con un chimichurri especial, para deleitarnos por completo. Tampoco hay que olvidarse del citado shawarma en las carpas de oriente medio (con laben y pasta de sésamo) ni de la feijoada en la carpa de Brasil, si es que la fiesta que se vive en esas cuatro paredes de lona le da respiro al cocinero.
Otros de los platos imperdibles por supuesto son las pizzas italianas, las salchichas alemanas con chucrut y la paella valenciana en la carpa de España, que es la postal clásica de esta fiesta, con los cocineros ubicados entre paelleras gigantes que humean hasta que estén a punto.
A la hora del postre, hay que buscar las carpas de Polonia y Armenia que, con diferencias notables, comparten un fin común: ofrecer delicias llenas de textura y azúcar para hacer feliz la hora del final. Merengue, crema y bizcochuelo es lo mismo que masa philo, manzana y almíbar. Es amor con forma de postre. Es Alta Gracia y su Fiesta de las Colectividades.