No son muchos los bares especializados en coctelería de Córdoba. En este caso, hablamos de uno bastante original que está “escondido” en un primer piso de barrio Güemes, casi en la esquina de Belgrano y Laprida. Y de entrada, plantea un universo paralelo.
Al subir las escaleras, entramos en sintonía playera: referencias al mar son las que sobran, aunque la idea solamente está explotada en ese sector. En un segundo piso, hay una terraza que podría ser parte de cualquier bar genérico de cualquier barrio del mundo.
Lo mismo pasa con la carta. La coctelería es realmente el punto fuerte conceptual y técnicamente, pero la de comidas se queda un poco y ofrece más o menos lo mismo que todo el barrio: papas, pizzas, hamburguesas y unos tacos que ya testearemos.
A la playa
Por supuesto, nosotros tomamos asiento en el espacio creado para vivir la experiencia Tiki, un estilo de coctelería de inspiración polinesio que propone base de ron y complementos frutales, bien frescos, servidos en vasos de cerámica muy llamativos (con diversos diseños y referencias culturales).
Lo mozos no tienen uniforme ni identificación. Tampoco miran mucho a las mesas, por eso no es tan fácil hacer un pedido improvisado. Cuando aparece uno, hay que levantarse e ir a buscarlo y taclearlo; o mejor, pedirle todo lo que se pueda en ese momento.
Nosotros largamos con un aperitivo líquido bien playero: Sunset Beach ($ 1.750). Se compone de ron, Aperol, naranja, agua de manzana, limón y bitter angostura. Tiene una frescura deliciosa y delicada, marcada por la manzana. Lo acompañamos con otro exponente marítimo.
Rabas a la milanesa ($ 3.300). Presentan un doble rebosado que tal vez sea demasiado a la hora de equilibrar texturas y sabores en una carne tan pequeña y sutil. En una milanesa de carne de vaca de un centímetro de espesor, seguramente quedaría mejor.
Taquitos
De principal, vamos a pedir unos tacos de carne mechada ($ 2.850) y una cervecita Corona ($ 990). Los tacos se presentan con tortillas de trigo, con lo cual a algunos les puede parecer un aburrimiento en comparación con unas de maíz. Pero todo dependerá finalmente del relleno.
En este caso, tenemos abundante carne bien cocida, horas de cocción, que equilibra sensaciones con la acides de un encurtido de repollo morado, brotes y verdeo. Se acompaña con nachos y unas salsitas especiales. No hay toques muy exóticos en condimentos. Ni un poco de cilantro.
Entonces, tenemos como dos bares en uno. Un primer piso con una carta de cócteles bien playera, conceptual. Y un segundo piso y una carta de comidas bastante convencional, que tiene margen para explorar. El día que se unan esos universos, hablaremos seguramente de un nuevo hito en el barrio.
Baño y postre
Antes de pedir el postre, vamos a visitar el baño. Hay perfumes que ajustar, pero está completo en cuanto a descartables. Y como despedida hasta una nueva visita, vamos a pedir un cóctel que finalmente nos dejará más que satisfechos.
Se llama Miltik ($ 1.750) y se trata de una combinación de ron y café. La carta detalla: ron Havana especial, orgeat, licor de café, passion fruit, limón, pera, y rock candy syrup. En fin, hay que tener un diccionario de coctelería a mano para entender lo que vamos a beber.
A fin de cuentas (y sin revisar diccionarios ni apuntes de la escuela), podemos hablar de una alquimia para recomendar, de un viaje en el paladar que sabe reconocer y valorar la intención de ir más allá de lo evidente.
The Journey
Calificación: Bueno
Belgrano 703, primer piso. Güemes.
Reservas por mensajes de Instagram.
Abierto todos los días, desde las 20.
Efectivo y tarjetas.