365 días y 700 kilos de ajo tirados a la basura, ensayos de prueba y error que pueden hacer tambalear los proyectos de cualquier mortal pero que en mentes emprendedoras simplemente se convierten en gajes del oficio. Garlic Ajo Negro se posiciona entre los gourmet como uno de los productos estrella y ese sacrificio inicial hasta obtener el producto que hoy está a la venta demuestra -con creces- cuánto valió la pena.
“En Chile conocimos el producto y nos sorprendió, tuvimos la oportunidad de acercarnos a alguien que estaba haciendo esa experiencia y nos atrapó todo el tema. Aprendimos un poco, nos trajimos los equipos y a partir de ahí comenzamos a probar”, cuenta Guido Francia, quien junto a Enrique Barra lidera el emprendimiento. “Nos gustaba pero queríamos saber qué le parecía al público, y las ferias nos dan la posibilidad del feedback”, explicaron desde el stand donde sorprendieron al público de la Expo Delicatessen en Córdoba.
Ellos son parte de la red de productores de Utuco, el proyecto -del que forma parte La Voz- que impulsa a la gastronomía cordobesa como baluarte cultural de la provincia, tratando de buscar y de difundir la riquísima variedad de productos y experiencias que componen la identidad cordobesa.
“Cuando probás este tipo de productos, que es algo dulce y ahumado, que no te deja sabor a ajo ni mal aliento, y encima con un sabor al que no estamos culturalmente adaptados, ahí se produce una inmediata reacción”, dice Guido.
Es que su producto posee ese famoso quinto sabor que enloquece a los sibaritas: el umami.
El mismo se obtiene tras la transformación del ajo blanco mediante un proceso térmico de 45 días, sin agregado de sustancias químicas, eliminando los ácidos que causan problemas estomacales y olores no deseados, cambiando su sabor, aroma, color y textura. Finalmente, ofrecen un producto gourmet con componentes nutricionales en donde las propiedades del ajo se potencian.
Los ajos que seleccionan provienen de Mendoza, pero la planta elaboradora se sitúa en la localidad de Río Segundo. “Se destaca con el ajo negro que hay un gran equilibrio entre lo nutricional y lo gourmet. Puede ser aderezo, formar parte de los rellenos, en el tapeo o al plato más elaborado de todos”, concluye Guido, que pronto lanzará un concurso de recetas con ajo negro.
El arte de la combinación
Cuando uno encuentra un salame, una bondiola o el mismísimo jamón crudo con un sabor que de movida resulta grato al paladar, se pregunta cómo estará condimentado. ¿Cómo se podrá obtener el secreto de ese artesano charcutero? Manuco, desde Laboulaye, entrega el misterio y lo comparte en cualquier góndola. El santo grial de los condimentos.
El inicio familiar como responsables de una tradicional carnicería los acercó naturalmente al mundo de las especias. “Mis papás fueron ampliando las variedades de a poco, creando condimentos integrales para chacinados, toda la salazón para cada producto. También sales saborizadas y condimentos para hamburguesas, empanadas, milanesas y chorizos parrilleros”, explica Martina Reynoso.
La joven, segunda generación que se sumó a la empresa familiar, se muestra muy contenta con el último producto que integraron: el kit de botánicos para Gin Tonic.
Las sales saborizadas –uno de los productos más pedidos de Manuco- vienen en cuatro presentaciones: a la provenzal, pesto rojo, con pimientos y ahumada. “Son opciones que la gente elije mucho para regalar, pero también nos piden mucho de diferentes tiendas y para consumo en el hogar”, dice Reynoso. Y agrega que la marca se destaca porque además de los condimentos clásicos, están los de recetas propias y que les enorgullece compartir.
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