Uva prestigiosa desde la antigüedad, el pinot noir es de los vinos tintos más suaves y elegantes que existen. Los mejores están en la Borgoña francesa, pero se encuentran en muchos lugares del mundo. Esa suavidad y elegancia tiene su costo: es también uno de los vinos más difíciles de lograr, porque las plantas gustan del frío y de cierta normalidad extrema para desarrollarse.
Es una cepa compleja, temperamental, llena de mañas y delicadezas, que necesita mucha atención, por lo que hay que extremar los cuidados. Esa exclusividad es la que permite hacer vinos extraordinarios y llenos de sabores muy sutiles, con notas frescas, color claro, mucha elegancia y toques a frutilla.
Cada 18 de agosto se celebra el Día Mundial del Pinot Noir, por lo cual te mostramos algunas novedades y recomendaciones para que nunca falte esta cepa en la mesa.
Cadus, Signature series pinot noir, Mendoza, 2018, $ 1.300
En la alta gama de los vinos se juegan verdaderas disputas de estilos y salen magistrales obras que no deben faltar en una buena mesa. Gran exponente de pinot noir argentino, el enólogo Santiago Mayorga expresa con este vino las cualidades de las alturas de Tunuyán, a 1.400 metros, donde el clima frío impone un ejercicio de maestría para acomodar las uvas y para que salga un gran vino.
Fluido, grácil, con notas herbales y buena acidez de frutas rojas frescas, el paso por madera se percibe en la intensidad y en la complejidad de los aromas, aunque predomina lo expeditivo del sabor. El prestigio del pinot noir se construyó a partir de esas notas delicadas y sutiles que se perciben perfectamente en este vino.
Ruca Malén, pinot noir, Mendoza, 2018, $ 560
En la gama media de precios, es una de las opciones destacadas para acercarse al pinot noir y quedar embelesado. Suave, sucroso, con muchos sabores que impregnan la boca, frescura aterciopelada y prolongada permanencia en el paladar, de él la enóloga Noelia Torres dice: “El aspecto tenue y preciso de este vino se debe a un delicado manejo de fincas y a una elaboración cuidadosa desde la uva en su lugar de origen hasta el vino terminado”.
Es una compañía ideal para cualquier comida no muy condimentada, como pollo asado al limón. A la versatilidad natural de esta cepa se le suma la franca elaboración, que entrega mucho placer por un precio razonable.
Claroscuro, gran pinot noir, Mendoza, 2018, $ 830
La bodega Claroscuro se caracteriza por utilizar en sus etiquetas obras de pintores contemporáneos que pintan especialmente obras relacionadas con el vino. La colección es extraordinaria y deja una exquisita impresión en cualquier mesa. Además, los vinos acompañan en calidad y en prestancia a la estética de las etiquetas. Uvas del Valle de Uco, de viñedo propio, nueve meses en barrica que le dan integración, un color rojo claro con leves intensidades oscuras, vahos penetrantes a frutilla y a frambuesas frescas hacen de este vino un ejemplar para prestigiar la mesa y acompañar comidas intensas, como cordero o carnes asadas. Es de las bodegas pequeñas a las que hay que estar atento con sus novedades porque proponen vinos muy atractivos.
Casarena, brut nature rosé de pinot noir, Mendoza, $ 1.090
Algunos de los mejorescChampanes del mundo se hacen con uvas pinot noir. Si no se deja reposar el jugo con el hollejo, se obtiene un líquido transparente. En medio de esta tradición se encuentra este espumante nacional de la bodega Casarena, que acaba de ser presentado en la semana del pinot.
El tenue color es porque se deja un contacto mínimo con los hollejos y se logra ese color salmón claro. Como un homenaje movilizador y excitante, es un espumante de burbujas intensas y de un sabor prodigioso. Atributos fenomenales en un producto para el cual no hay que esperar el verano o las Fiestas para abrirlo: beberlo fresco a la tarde o improvisar una ocasión para disfrutarlo porque es de un asombroso atractivo.
Socavones, pinot noir-ancelotta, bodega Terra Camiare, Córdoba, 2017, $ 650
Si bien el pinot noir se ha adaptado muy bien en la Patagonia y en las zonas altas de Mendoza, hay otras regiones que producen pinot noir de categoría. Un pequeño viñedo en el Valle de Calamuchita aporta las uvas para este
blend
íntegramente de uvas cordobesas, único en el país que une estas dos cepas.
La ancelotta aporta negrura intensa en el color y fibrosos taninos que hacen que, al conjugarse con el predominio del pinot noir, se logre una fusión interesante y tempestuosa. No es el típico pinot, este es algo más denso, agresivo, voluptuoso. Va muy bien con pastas o con picada de productos típicos cordobeses, como el salame, la bondiola y el queso.
Gauchezco Estate, pinot noir, Mendoza, 2019, $ 450
Buen ejemplar de pinot noir clásico y liviano, muy moderno, o sea que se desenvuelve grácil y festivo en cualquier ocasión. De color claro, con acidez intensa y frescura expansiva. Predomina el sabor a frutillas, suave y dulzón, lo que lo hace muy apropiado para acompañar entradas de todo tipo.
A los que no los atrae el vino blanco, un pinot noir como este es una gran opción para acompañar sushi o comidas con pescado. Fluye con facilidad, tiene filo y la gracia de la acidez levemente azucarada invita al placer.
