En Hipólito Yrigoyen, en la esquina con Independencia, se hizo un lugarcito Fulano, café de vereda. Específicamente de café al paso, se distingue entre la oleada de cafeterías de especialidad por ofrecer una propuesta basada en grano comercial, asentada sobre una estética única y llamativa.
Joaquín, uno de los dos fundadores de este emprendimiento, cuenta que detectaron “una oportunidad en el mercado que estaba insatisfecha, una necesidad quizás todavía no tan visible”. “Viajé al exterior y vi patrones de consumo de café muy diferentes. Más gente que tomaba el café caminando que sentada. Dije: ‘Bueno, la tendencia va por acá’”.
“Hacía falta algo distinto en Córdoba. Nos juntamos con Julián, mi socio y mejor amigo de la infancia, que tiene ya experiencias previas en el rubro. Así definimos poner una cafetería en Nueva Córdoba. Hay cafeterías de café premium, no necesariamente de especialidad, que vienen trabajándolo hace bastante. El año pasado esto empezó a crecer. Pero si bien había, entendemos que la gente estaba buscando algo diferente”, desarrolla.
“Estamos tan inmersos en nuestras rutinas, que por momentos son monótonas, que al encontrar algo distinto nos gusta y lo queremos compartir. Nos pasa en Fulano: cada día recibimos muchísimas etiquetas en historias de gente que las sube espontáneamente. Y creemos que es porque es diferente, desde el color”, cuenta.
Y completa: “Una de las consignas que le dimos al estudio que creó la identidad fue: ‘No queremos que la gente sepa que es una cafetería hasta que entre’. Y ahí surgió el rosa”.
El café de Fulano
Una de las primeras aclaraciones que surge en la conversación con Joaquín es que no son café de especialidad, tan mentado últimamente. Lo cual no significa que no estén planeando incorporar opciones de café de especialidad, pero a casi dos meses de su nacimiento, se han cimentado sobre otras opciones.
El ahora cafetero cuenta: “Tenemos un papel frente al mercado de educar y ser sinceros con nuestros clientes. Yo siempre aclaro que no somos café de especialidad. Entendemos que la gente te elige por ser transparente y por la atención. Si bien nuestro café no lo es, es un café de primera calidad. Ahí empieza esto de complementar el café con la atención, con un buen trabajo del barista, arte latte y más cosas. Si no ofrecés al cliente algo más que simplemente el grano, no sé si se van a ir tan contentos. En suma, sinceridad y complementar el café con la experiencia”.
Por el momento, trabajan con “un café serrado de Minas Gerais, Brasil, 100 por ciento arábigo, natural. Más intenso que otros, con amargor, acidez, persistencia marcada”. También “con una segunda línea de un café colombiano, de Antioquia, y de intensidad y acidez más bajas, más equilibrado, un café más suave, en resumen”.
Por otro lado, resalta: “Hay toda una sección de especiales de Fulano con chocolate: kinder, águila, ferrero, avellana, coco, vainilla. Son los que más salen. Fue también una apuesta”.
“Tenemos varias opciones de café frío, con o sin helado porque tenemos un convenio con Chuii”, continúa y promete: “Para la carta primavera-verano, vamos a ampliar esa oferta, vamos a hacer hincapié ahí, que son una opción no tan fácil de encontrar en Córdoba”.
“Para plantarnos acá, a una cuadra de una cafetería muy similar, al frente de una cafetería de cadena y al lado de un kiosco que vende cafecito de máquina para llevar en el momento, teníamos que hacerlo con una apuesta fuerte”, redondea.
Sin embargo, aclara que también tienen lo usual de la cafetería argentina: “Todas esas combinaciones a las que estamos acostumbrados, y con las que los mozos de las antiguos bares están muy familiarizados, tienen un nombre técnico. La carta es amigable y se puede entender sin ser especialista, pero tiene los nombres técnicos. El café con leche es el latte”.
Además, ofrecen leche deslactosada y opciones vegetales para quienes las necesiten o prefieran.
Café con cubanitos
Entre las opciones comestibles, hay variedad dulce y salada: “Todas las opciones cumplen con el requisito de que sea algo que se puede consumir mientras caminamos. También hay comestibles sin lactosa y sin TACC. Hay alfajores de chocolate, de almendras, cordobés, tenemos sándwiches, pão de queijo brasileño…”.
Pero la estrella de la carta es otra: “Lo que más se vende, por lejos, son los cubanitos rellenos con dulce de leche. Es uno que hicimos hacer, que en vez de dos vueltas de oblea tiene solo una, para tener menos masa y más dulce, y se rellenan en el momento en que lo pedís. La oblea está muy crocante y va con dulce de leche de primera calidad. Y puede ser bañado en chocolate”.
¿Por qué cubanito? Simple: “El complemento de nuestro nombre es café de vereda. Y no hay producto más de vereda que el cubanito”.
