Aun cuando las calles de Carlos Paz dan cuenta de que es la época del turismo de jubilados, el fin de semana pasado bajó el telón de la gran mayoría de las obras. Así, llega el momento de hacer un balance de lo que dejó la temporada.
En la previa, allá por diciembre, se esperaba que el verano fuera sumamente convocante; luego la realidad mostró un desarrollo algo más tímido, pero finalmente se enderezó y terminó con saldo positivo.
Los números de taquilla hablan de unos 230 mil espectadores, mejor que el año pasado (cuando todavía el Covid obligaba a suspender funciones), pero lejos de los 300 mil que hubo en 2015.
Para Pablo Sittoni, productor, dueño del Teatro del Lago y delegado de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales en Córdoba (Aadet) en Córdoba, a nivel artístico la temporada “fue excelente”. “Hubo propuestas muy buenas, ya sean comedias, como en el caso de Los vecinos de arriba, Radojka o Un plan perfecto, o musicales como Fátima, Kinky Boots o Bien argentino. Inclusive los chicos de Can Can y de Dinamita, que también fueron producciones buenas. Desde el punto de vista artístico, Carlos Paz siguió creciendo”, interpreta.
En términos de taquilla, para el empresario “la temporada fue nada más que buena”, y, desde “lo financiero, no fue buena”. Para sustentar esa afirmación, se pone en el rol de dueño de teatro, y afirma que, si tiene que hacer inversiones en sonido, en pantallas, en luces o en restaurar butacas, “es prácticamente imposible”.
Eso se explica por cómo se depreció el valor de la entrada en dólares en los últimos años.
“Tradicionalmente, cuando se hicieron las inversiones más importantes, había una entrada promedio de alrededor de 20 dólares, es decir, la comedia de Pedro Alfonso este año hubiera costado 7.500 pesos en promedio. Estamos 3.500 pesos atrás, porque ahora la entrada está en unos 11,50 dólares”.
Y otro tema que Sittoni pone sobre la mesa es su lucha contra las entradas sin cargo entregadas de forma desmesurada, “que muchas veces se dan por culpa de los artistas que quieren tener público en la sala”.
“Hubo salas que tenían el 50 por ciento de su público gratis. Y, en ese sentido, es más honesto lo de la gorra, porque se supone que todos ponen”, insiste.
¿Cómo quedó en relación con Mar del Plata?
En cuanto al número de espectadores, Sittoni aclara que, aún sin datos de Bien argentino y del Teatro del Sol por no estar asociados a Aadet, calcula que esta temporada hubo unos 230 mil espectadores. “Es bastante más que el año pasado, cuando tuvimos muchos elencos casi todas las semanas con suspensiones por Covid. Pero, si lo comparás con 2017, es menos gente”.
Y, como un buen recuerdo, menciona que en 2015 hubo 300 mil espectadores. “Eso tiene que ver también con la propuesta artística y con un cúmulo de cosas que se juntan, como que después del Covid algunos son más reticentes a encerrarse en una sala”.
Ese público, según las referencias que tenía en la propia obra de Pedro, en enero era en su mayoría de Córdoba capital, seguido de cerca por Santa Fe, mientras que en febrero se invirtió el orden. También hubo mucho público de Buenos Aires y también, algunos de países limítrofes.
Finalmente, Sittoni habla de que esta temporada hubo un “empate técnico” con Mar del Plata.
“Eso habla muy bien de lo nuestro, porque aquella es una plaza con mayor capacidad de alojamiento. En los ‘70, ‘80 y ‘90, ellos duplicaban las cifras de Carlos Paz. Ahora estamos iguales”.
