"¿Es en mi menor o en mi mayor?", pregunta uno. "La intro es en mayor y el tema en menor", acota otro. "¡Cómo suena esa entrada de la viola después del charango, hagamosla de nuevo!", se entusiasma otro más, para luego arremeter con un huayno que se vuelve "zeppeliano" en el solo de guitarra. "Paremos un ratito que ya viene el Pichi", se escucha. El Pichi es Pereyra, el baterista ausente con aviso, y la escena es de cómo se cocina el esperadísimo regreso tras 15 años de La Eléctrica Folklórica en una pequeña y cálida sala de Barrio General Paz.
Emblemática, fundacional, mítica, de culto. Son adjetivos que pueden describir a la banda que el humahuaqueño Bicho Díaz armó junto a músicos cordobeses a principios de la década de 1990, pero que sin embargo, no la terminan de definir. Es que el folklore está hecho de leyendas y los conciertos y peñas de "La Eléctrica" entraron en esa categoría privilegiada en la que los adjetivos no alcanzan. "Yo no sé bien que es una banda de culto, pero siento que lo somos por como lo reciben los demás", explica Titi Rivarola, el guitarrista y principal responsable del costado rockero del combo.
En febrero de 2010, Díaz auguraba una pronta reunión que finalmente demoró más de dos años. ¿Qué los incitó a volver ahora? "Hay mucha gente joven que nunca vio la banda y también gente querida lo iba pidiendo. Todo eso se sumó a nuestras ganas de recrear esos años de mística", arranca el Bicho. "Fue algo muy novedoso en su momento, no sólo por lo eléctrico, sino también por los arreglos, las composiciones de Bicho. Igual, no nos dabamos cuenta lo que estábamos haciendo", agrega Cecilia Fandiño, una de las tecladistas junto a Diego Bravo. El bajista, Claudio Pacheco, interrumpe: "Hoy sigue sonando nuevo. La verdad que uno se cansa de escuchar cosas iguales".
Otra de las razones para volver, es la deuda pendiente que dejaron con el sonido de sus grabaciones, que ni por asomo se acercan al vivo. "En ese momento, nosotros sólo nos dedicábamos a tocar. No registrábamos nada, no sacábamos ni fotos. Sentimos que es válida y hasta necesaria una relectura de aquel momento. Por eso nuestro primer mojón es grabar el show (esta noche en el Teatro Real, ver aparte) para editar un CD y DVD en vivo. Una vez hecho esto, seguramente emprenderemos un material con nuevos temas y nuevos aires. La idea es generar la estructura y la base para encontrarnos en momentos acordados y continuar con el proyecto", comenta Rivarola mirando hacia adelante.
-¿Cómo transitan este reencuentro después de tantos años y por qué sienten que marcó tanto ese sonido?
-(Titi): Además de la necesidad del público de conectarse con esa parte, está la nuestra de reencontrarnos y volver a habitar eso ancestral que hay en cada uno. Yo digo que fue una comunicación del talento. En estos días tocamos para la televisión y la verdad es que salió un sonido muy salvaje.
-(Pacheco): El espacio de cada uno es muy importante, cada uno tiene su lugar de libertad. Es muy loco pero muy real.
-(Bicho): La clave fue la tranquilidad de saber que no estábamos tocando para gustar a nadie, sino por una necesidad de conectarnos. Como decía Claudio, cada uno tenía su bagaje para aportar. La experiencia de tocar en Humahuaca nos demostró que estábamos en un buen camino.
Tierra y electricidad
-Hace poco Peteco Carabajal dijo que en los último años se estaba abusando de lo eléctrico en el folklore y que faltaba "tierra".
-(Bicho): Cuando fluye naturalmente y es algo genuino no hay que hacerse mucho rollo. Si no, terminamos siendo cómplices de una cuestión de museo o de cementerio ante la necesidad de seres que están vivos. Yo nací en la Quebrada de Humahuaca con las cabras, la quena, ni señal de radio había y después tuve que padecer eso de \'esto es folklore, esto no\'. La música me dio la suerte de viajar por el mundo y escuchar de todo. En el folklore de hoy, hasta me parece más auténtico cantar cosas que nos pasan cotidianamente que sobre paisajes de hace 50 años atrás, que cuando vamos a ese lugar \'ya no somos\' porque ya no existen como tales. Yo escuché cosas fusiones atroces, muy forzadas. Por eso uno intenta hacerlo lo más honesto posible.
-(Titi): Tal vez a lo que se refería Peteco es a la falta de contenido. El problema es qué sea eléctrico para ser impactante, cuando responde a búsquedas que no son esenciales.
-Sus peñas, con la propuesta estética y la danza sobre el escenario, marcaron un antes y un después.
-(Fandiño): En la danza, la propuesta rompió con lo que se venía haciendo. Nada que ver con los ballet por supuesto.
-(Bicho): Fue nuestro aporte a la escuela de Juan Saavedra, Silvia Zerbini, Negro Valdivia, que vivía su efervesencia por esos años. Las peñas eran nuestro espacio.
-(Titi): Nos ha pasado de caer en peñas que el sonido era paupérrimo y no se porqué la banda siempre sonaba alevosa. Había algo.
-¿Qué recuerdan de esas primeras juntadas cuando nació todo?
-(Titi): Cuando empezamos a tocar, Bicho quería más distorsión y yo menos. Yo iba más convervador y el me decía \'dale más, dale más\' (risas).
-(Bicho): La primer vez, Titi cayó y me explicaba que ya iba a conseguir una guitarra criolla. ¡Yo quería distorsión!
-(Titi): Yo todavía me acuerdo el susto que me pegué en el primer recital con Bicho. Fue en el Teatro Acic. Estabamos tocando un clima bien volado como hacemos en el arranque de los shows y de golpe apareció un diablo al lado y me pegó un grito... casi me da un ataque de pánico.
Las risas surgen espontáneas en la sala. "Vamos a divertirnos", cierra Díaz y arranca con su charango.
El dato. Bicho Díaz y La Eléctrica Folklórica en el Teatro Real (San Jerónimo 66). Esta noche a las 21.30. Invitados: Enrico Barbizi, Gabriel Aguirre, Angélica Gadea, Paola Bernal, Jenny Náger, Inti Huayra, Chiqui La Rosa, Belén Ghioldi, Paula Granero y Verónica Gadea. Entradas a $ 70 en puntos de venta de Autoentrada y boleterías del teatro.
